Nos han contado muchas cosas inciertas. Nos dijeron que cuando quieres puedes, que el universo se confabula para que obtengamos nuestros deseos, que la voluntad basta, que todo está escrito, que la aptitud es lo importante. Nos lo contaron quienes recibieron herencias, quienes tenían cátedras heredadas y pontifican desde ellas. Quienes para editar un libro (ay, ejemplo doloso, que sirve para cualquier otra profesión) solo tenían que chascar los dedos y para venderlo tirar de amigos críticos que lo promocionan por tierra mar y aire, aunque sea un truño, que casi siempre lo es. Los que nacieron blancos, hombres (que también hay privilegiadas mujeres, pero menos) occidentales, de clase media alta…Y nos lo creímos, los/as que nos despanzurramos para conseguir mínimos. Pensamos, a tenor de lo dicho, que ni éramos listas, ni nos esforzamos bastante o simplemente, que no lo merecíamos. Y resulta que el enunciado era más falso que moneda de quinientos euros.
Lo cierto es que importan dónde y cómo naces, tu origen, el origen de tus padres. Importa con quién y cómo te relacionas y cuánta mierda estés dispuesta a tragar. Importa la ética y la coherencia, importa la vergüenza que tengas y el precio al que estés dispuesta a vender la dignidad. Importa todo.
Lo que hemos descubierto no hace mucho, quizá los/as jóvenes con la pandemia, es que hay que estar a la altura de las viradas que da la vida. Porque cada día es puñeteramente nuevo y viene sin guía ni patrón. Cada día haces y dices algo nuevo dependiendo del acontecer. Y si estás a la altura…es posible que sobrevivas con un cierto margen de felicidad. Como te tiemble el ánimo, o se te agoten las fuerzas ante mazazos imprevistos…la raya que separa la vida digna de la mera supervivencia es fina y puedes caer en las garras de la marginación social o psíquica. Esa es la puñetera verdad por más que duela. Hay genios que desconocemos, hay personas muy válidas que las perdimos por falta de oportunidades y auténticos gilipollas con poder, dinero y prestancia. Cosa sabida.
Estar a la altura del acontecer diario: ese es el secreto. Me atrevo a hacer este axioma a riesgo de que me digan ustedes que no estoy en lo cierto y que soy mentirosa como los coaches y coachas cohelianos de los que hablaba al principio que nos cuentan la vida loca y de color rosita a tanto la hora.
Queridas mías, queridas/os desarrapados de clase media/media/mediabaja…se trata de ganar a los puntos y luego irse dejando un buen sabor de boca de nuestra estancia terrena. Que para ser exactos se olvidará en breve, pero es lo que hay. Ganar este combate a los puntos, por resistencia, por aguante y por ovarios.
Por eso les deseo feliz aguante, que la fuerza les acompañe porque sin ella estamos jodidas, sean años como el vivido 2020 o el venidero, 2021. Sin fuerza y sin determinación estamos muy jodidas, vaya.
Por lo demás –cumplamos con el requisito- Feliz Navidad, Feliz Año.
María Toca©.
Bueno, a mí me acaba de tocar el premio en un pedazo de roscón.Eso querrá decir que todo el universo se confabulará para que consiga aquello que deseo ,no es así?…en fin…Feliz Navidad a todo el equipo de Lapajarera
Abrazo y ya verás, ese premio es preludio de un año 21 esplendido…