Hemos quedado a las siete, unas cuantas mujeres en un centro cívico de un partido político. Es una forma un poco absurda de comenzar un artículo, pero es lo que fue. Un grupo de seis mujeres que nos conocemos bastante. Incluso hay una a la que considero vieja amiga, amiga de lágrimas, de peleas y de baches varios, de esas que sabes que siempre están para tener una mano. Carmen Martín, candidata por la coalición de Unidas Podemos al Parlamento de Cantabria.
Son mujeres con algo en común. Se presentan a las elecciones municipales y autonómicas. Son candidatas de la coalición de Unidas Podemos. Hay dos de IU, Carmen y Leticia, y tres de Podemos, Maite Lavín (amiga de poco tiempo pero de mucho apego) y Mónica Rodero, candidata para la Asamblea de Cantabria. Nos acompaña Mercedes González, coordinadora de Podemos Cantabria. Y yo, naturalmente.
Comenzamos con las preguntas:
-Que motivo principal os ha llevado a participar en las elecciones y a implicaros políticamente.
-Responden alternativamente, Carmen y Mónica vienen del trabajo social. Carmen con diversos cargos en Ong,s donde la brega desde hace años, es la primera en responder. Casi se le atropellan las palabras que llevan cargas de rabia e impotencia amalgamada por los años de lucha.
Cuenta la pelea constante para conseguir doblar el brazo de la administración para conseguir algo básico: derechos, dignidad para las personas inmigrantes, mujeres prostituidas, gente seropositiva que no tiene asidero médico y que eso conlleva una condena a muerte. Nos refiere que hay estudiantes universitarios de países latinos que han contratado un seguro privado, en el momento de que se les diagnostica VIH, el seguro les expulsa y se quedan sin asistencia en España con el riesgo de muerte que eso supone. Por no hablar de las personas más precarias. La pandemia ha sido terrible porque ha desprotegido a una población que ya tenía muchos problemas. Los tramites burocráticos, enrevesados, son barreras muchas veces infranqueables para personas que pueden desconocer el idioma, tener poca formación tecnológica, o padecen problemas de salud tanto física como psíquica. La administración y la burocracia son trampas mortales para la gente cuya vida es precaria. Las exigencias de empadronamiento para conseguir trabajo, atención social, prestaciones básicas, son absurdas para gente que vive en la calle. ¿Cómo se empadrona un sin techo? y sin padrón no tiene derecho a recibir prestaciones sociales. Mónica asiente porque también trabaja en la asistencia social y ratifica lo referido por la candidata segunda a dirigir la autonomía cántabra.
Hay una neófita en el grupo, Maite Lavín, que acaba de llegar a la lucha electoral. Se presenta por Cayón, un pueblo no muy grande con los típicos problemas que se derivan de un gobierno municipal corrompido y sin cambios en los últimos veinte años. Nos confiesa que la motiva las ganas de hacer cosas desde lo pequeño. Volver los ojos a lo local para mejorar la sociedad desde un lugar primigenio. Mejorar la vida de los vecinos, actividades y cuidados para los mayores, nos pone como ejemplo el que puedan recibir la comida en su casa sin tener que renunciar a su independencia. También quiere realizar talleres de empleo para los más jóvenes que están en paro, apoyo a la conciliación familiar desde el Ayuntamiento para mujeres trabajadoras, algunas de ellas con familias monoparentales. Ahí interviene Leticia, concejala de Astillero (pueblo de importancia cercano a la capital) que lleva varias legislaturas en la oposición y muchos años en la lucha política desde IU. Conoce bien el trabajo que se realiza desde el Ayuntamiento aunque no siempre se llega a donde se producen las necesidades. Problemas de presupuestos, nos indica.
Mercedes González, coordinadora de Podemos en Cantabria, nos cuenta como desde muy joven sintió la lucha política como algo natural. Un padre politizado y sindicalista implicado en las luchas sindicales de los años 80 y 90, con una madre enferma de leucemia desde joven, que le hizo valorar la Sanidad Publica por encima de todo. La madre de Mercedes, pasó por diversos estadios ganando la partida a una muerte segura durante más de treinta años. Para Merche la política ha estado presente desde la infancia con un abuelo asesinado cuyos restos siguen en una de las innumerables cunetas de nuestra región. Leticia nos dice que su familia era más bien de derechas pero el padre de sus hijos militó en el PCE y eso la llevó a entender la vida por la militancia.
– En algún momento de vuestras vidas pensasteis en que ibas a formar parte de la política activa y participar en unas elecciones locales.
Afirman, con cierta reticencia de Maite Lavín, a la que le ha surgido la vocación publica de forma espontánea en los últimos años, aunque siempre tuvo preocupación social. Para todas en común el salto a la vida política activa es la lógica consecuencia de sus trayectorias y el convencimiento de que desde la primera línea se puede conseguir más y mejor los ideales en que se mueven. Argumentan, convencidas, que la sociedad es posible cambiarla desde las instituciones, aunque no sea ganando, solo participando en los centros de dirección política ya es posible ser útil porque las voces de los de abajo deben escucharse, y ellas llegan con la frescura de la calle. Son pueblo, pertenecen a una masa sin mayor representación pública y consideran muy importante llegar a los medios de poder para que la voz de la calle resuene en ayuntamientos y en el Parlamento de Cantabria.
-Que significa para vosotras la participación política y porqué creéis que es importante la representación femenina en las instituciones.
-Implicación, derechos, trabajo social, dar voz a los que nadie escucha. Ser ojos y oídos de la gente común, los desasistidos de la sociedad. Maite tiene claro que estamos inmersas en un camino de reencuentro con un fascismo larvado (o no tanto) que cada día avanza más y con paso firme. Hay que pararlo, insiste. Hay que parar esta ola de xenofobia, racismo, machismo, homofobia. Todas asienten y reiteran que la sociedad tiene alto riesgo de retroceso, de perdida de derechos sociales tan duramente conseguidos. La sanidad es una herida que supura en boca de todas ellas. Hay que defenderla y mejorarla, braman con ganas, porque sin sanidad publica no hay salud, no hay vida. Mercedes insiste en que su madre vivió más de treinta años con vaivenes pero con dignidad, gracias a una sanidad que cubría los caros y duros tratamientos…”cuando yo tenía trece años le trasplantaron médula, estuvimos en aislamiento toda la familia” operaciones que hubieran supuesto la ruina o la muerte de no existir una sanidad pública de alta calidad.
Carmen y Mónica insisten en la protección de las capas sociales más desprotegidas. Leticia nos cuenta la dura realidad que supone el gobierno municipal, el empeño y el ahorro que supondría retornar a la función pública de los diversos servicios que se han privatizado sin pudor durante años. Servicio de basuras, de agua y tantos otros que hoy están en manos privadas, supondrían un gran ahorro para los municipios si retornaran a manos públicas…
-¿Qué ocurre para que se privatice tanto?
– Que se quiere eludir el trabajo burocrático de los gobiernos municipales. Es más cómodo dejar que empresas privadas hagan el trabajo y eviten que el municipio gestione directamente. Claro que estas empresas asumen los servicios con alto coste. Están para ganar dinero y eso va en detrimento del presupuesto municipal que queda exiguo para emprender tareas de mejoras sociales y de infraestructuras del municipio.
Solo resta un 5% del presupuesto total del municipio de Astillero, se dedica a la inversión social de los municipios, afirma Leticia mostrándonos la dura realidad del trabajo político visto desde dentro, desde la experiencia de años dentro de la gestión municipal. El 95% del presupuesto se nos va en mantener las infraestructuras (sueldos, mantenimientos de locales municipales…) confirma con la impotencia que produce tener las manos atadas por la divergencia municipal.
–Los pactos son necesarios por la división electoral que tenemos. Os veis capacitadas para negociar pactos.
-Afirmación rotunda de todas las reunidas. Sí, sin duda. Están bregadas porque forman coalición. Podemos e IU han trabajado las negociaciones duramente para confluir juntas a las elecciones. Saben que es altamente improbable poder gestionar parcelas de poder sin pactar.
La pregunta siguiente surge sola.
–Hay líneas rojas en los pactos, con quién sí y con quién ni agua.
-Sonríen, pícaras, Maite, con su carácter vivaz, atruena la sala. Con los fascistas, jamás dice con firmeza. Nunca, hay una línea roja que no se cruzará jamás. No porque se les normaliza. No porque se legaliza el discurso de odio. Con el resto, depende y cómo. En el gobierno de la nación se ha demostrado que se puede gobernar con diferencias, pero es posible empujar al socio socialista hacia medidas más sociales, más feministas, más y mejores para la inmensa mayoría de la nación, por tanto si ellos y ellas han podido, nosotras también. Afirman sin dudarlo un momento. Pero sin fascistas. Por si no ha quedado claro, lo ratifican todas.
– Creéis que desde los ayuntamientos o desde el gobierno de Cantabria es posible incidir de forma importante en la vida de la gente.
-Sí, afirman, también al unísono. En el Parlamento y en el gobierno de Cantabria se forjan las leyes y las normas que luego se trasladan al pueblo. Si estamos en medio, si tenemos participación podemos influir en que se realicen leyes sociales, en que, por ejemplo, el dinero se distribuya para proteger la conciliación femenina, o devolver dignidad a la gente que no tiene ni para comer, porque no olvidemos, el 5% de la población cántabra está en riesgo de exclusión o ya está excluida, me afirman con fuerza. Podemos intervenir en los presupuestos para organizarlos de abajo arriba y no al revés. El poder sirve para mejorar la vida…el problema es que la derecha y esas otras fuerzas domadas, mejoran la vida de los pudientes, de la parte de la sociedad que lo tienen todo pero quieren más. Nosotras representamos a los de abajo y el reparto sería prioritario para quien más necesita. Es imprescindible estar en los centros de poder para realizar medidas sociales de envergadura y consistentes.
– Consideras que a nivel legal los derechos de las mujeres, de las minorías precarizadas, de los inmigrantes, de los/as personas racializadas, lgtbi, están reconocidas y protegidas…
Se sulfuran, y más las dos candidatas al Parlamento de Cantabria porque su trabajo las marca profundamente.
-No, responden, para nada. Los derechos de las personas inmigrantes son pisoteados cada día, de las mujeres prostituidas que denuncian una violación y se les ningunea, o directamente se les ignora. No hay derechos para quien no sabe o no puede manejarse por la burocracia administrativa. No hay ningún derecho, ninguna libertad, ninguna dignidad para quien no recibe ni un euro y tiene que vivir de la caridad, de recoger la comida que las Ong,s reparten cada día. La caridad no es justicia social. Por otro lado, siguen produciéndose ataques a las mujeres trans, a las parejas lgtbi
¿Cuántas parejas lgtbi vemos de la mano o dándose un beso por la calle? pocas, muy pocas, afirma Carmen. Siguen penalizadas por una sociedad tremendamente patriarcalizada y conservadora.
– Y a nivel social. Consideráis a la sociedad en la que vivís y os movéis perfectamente justa o creeos, por el contrario, que existe machismo (residual o no) racismo (residual o no) aporofobia, xenofobia.
El clamor se hace grave. Comienzan a desgranar las vejaciones machistas que han sufrido de forma continua ellas mismas. En su quehacer diario. Ni que decir tiene el desprecio que detectan en cualquier ámbito.
-Si a nosotras, que podemos defendernos, que somos ciudadanas conformadas socialmente padecemos lo que te contamos, imagina lo que será cuando una inmigrante, una mujer prostituida, trans, racializada, camina a diario por los márgenes sociales. Es una contienda cotidiana contra el desprecio, la humillación y las vejaciones. Quizá el mejor ejemplo que podemos poner sea el trato que ha recibido Irene Montero por parte de elementos no residuales ni esporádicos. El acoso, el insulto, las terribles afirmaciones a su condición de mujer. Si accedes a un puesto de cierto poder es porque te has acostado, eres amante o te has arrodillado ante un tío. Si eso le ocurre a una ministra de España, imagina lo que será cuando una inmigrante de color atraviesa la misma sociedad machista y patriarcal.
Leticia, divorciada con dos niñas, cuenta casos vividos no hace mucho deleznables contra su persona con ataques personales a su condición de mujer. Y todas afirman que el machismo, el insulto machista convive con ellas a diario.
– Pregunta muy capciosa, si no queréis responder lo entenderé. Si tuvierais en vuestra mano hacer algo alegal o que raya delicadamente con el delito para conseguir un fin positivo para la gente que representáis. Por ejemplo, prevaricar para favorecer a personas desfavorecidas. ¿Seriáis totalmente escrupulosas o la tentación sería tan fuerte como para plantearos caer en ella con el fin de favorecer alguna causa de los nadie?
Se forma un silencio. Como si la pregunta quemara. Les digo que, si quieren la retiro, si les cuesta responder…Al galope saltan todas. Maite me pregunta que, si lo dudo, conociéndola. Carmen afirma tajantemente que sí, que el riesgo es asumido. Mónica asiente y confirma a la vez. Claro que se deslizarían por la cuerda floja si tuvieran que favorecer, agilizar trámites a un colectivo en precario. Leticia afirma que ella lo ha hecho y varias veces. El riesgo de una denuncia capciosa, de un fuego amigo o enemigo no las arredra. La prioridad está en los débiles, somos representantes de ellos, del pueblo, de la parte más débil del pueblo. Lo afirman al unísono.
Yo por mi parte les confieso que son muy poco políticas, porque esa pregunta, estoy completamente segura que un/a política profesional me la hubiera respondido de otra forma, más sutil, más matizada…o negando. Se soliviantan, no, no somos políticas profesionales, responden, estamos aquí para hacer cosas. Todas tenemos nuestro trabajo, nuestra vida hecha y más o menos cómoda. Si nos hemos metido en este berenjenal es para hacer cosas y asumimos riesgos.
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Soy consciente de que el artículo de hoy no es objetivo. Lo confieso. Como dije en redes, estas mujeres me caen bien. No se me ocurre recomendar el voto a nadie, porque me parece decisión y derecho individual y en estas páginas de La Pajarera Magazine, tiene cabida toda persona que desee leernos. Voten ustedes a quien quieran pero que sea gente decente. Gente a la que quisieran de vecina, gente a la que recurrían en caso de aprieto o accidente en la seguridad de que responderían con la mano tendida.
Gente, por lo menos, como este grupo de mujeres que he tenido frente a mi y a las que quiero y respeto.
María Toca Cañedo©
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En una de las preguntas incluís esto: “porqué” y debería decir “por qué “