(2003: ¡Malditas sean las guerras y los que las hacen! Julio Anguita, a la muerte de su hijo corresponsal de guerra)
¡El desastre de las guerras!
Supongamos, por ejemplo,
que las ventanas lloran,
que las puertas lloran,
que las mesas lloran,
que las duchas lloran…
por el desastre de las guerras.
Supongamos, es otro ejemplo,
que las gallinas lloran,
que los perros lloran
que las vaquitas lloran,
que los pájaros lloran…
por el desastre de las guerras.
Supongamos, es posible,
que usted llore y yo también llore,
que nuestras mamás lloren,
que nuestros papás lloren,
que nuestros hijos lloren…
por el desastre de las guerras;
pero de qué sirve llorar
si no hacemos
lo que podemos hacer.
Si elegimos a los
que nos hacen llorar.
A los que nunca lloran,
ni en soledad.
A los dueños del dolor
que nos hace llorar.
No lloremos nunca más.
Hagamos lo que podemos hacer,
aprender a votar.
Jesús Gutiérrez Diego
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