Realizamos la segunda ruta de Memoria en Santander, partiendo del Túnel de Tetuán, que fue uno de los primeros en utilizarse debido a que estaba construido cuando los bombardeos comenzaron a producirse.
Al principio de la guerra se dijo que para evitar los bombardeos los vecinos de Santander debían refugiarse en bajos o sótanos pues se pensaba que las bombas utilizadas de 100 kilos, solo podrían destruir cuatro plantas por lo que los pisos bajos eran seguros. Esto se debía al total desconocimiento de la guerra aérea puesto que los aviones italianos y alemanes tiraban bombas de hasta cuatro toneladas. Y aunque fuera como suponían las autoridades republicanas, tan solo de 100 kilos, la onda expansiva permitía mayor destrucción. Contemos, además, la construcción endeble de una ciudad casi medieval que había realizado pocas reformas urbanísticas a lo largo de su historia.
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Los avisos de bombardeos se producían de la siguiente manera:
Un primer toque de sirena seguido y largo, que producía la alarma. El segundo aviso, eran tres señales cortas seguidos de silencios durante segundo, que significaba peligro inminente. Escuchando esto se debía de correr todo lo posible para ponerse a cubierto, parar el tráfico, no producir señales acústicas, ni luminosas, si era de noche…
Una tercera señal de toques largos, indicaba que el peligro había pasado y volvía la normalidad. Quedaron prohibidas las señales sonoras de entrada y salida de las fábricas para no confundir a la gente con las alarmas. Durante años, observé la palidez en el rostro de mi abuela cuando por la tarde sonaba la sirena de Montaña, que se escuchaba desde su casa, un día ante mis preguntas, respondió que no podía olvidar la relación de ese sonido con los bombardeos.
Ocurría a veces que los aviones no eran detectados, ya que aún no existían los radares que se pusieron en funcionamiento en 1940, durante la batalla de Londres, por lo que los avistamientos eran a ojo. Los aviones enemigos intentaban volar alto, por encima de las nubes lo que dificultaba la visión hasta que se encontraban cerca de los objetivos, en ese caso las sirenas de peligro saltaban produciendo el consabido espanto en la población que corría para ponerse a cubierto con el terror del sonido de los aviones cada vez más cerca. Los días de niebla eran especialmente peligrosos por los ataques inesperados.
La zona de La Albericia era constantemente bombardeada debido al aeródromo que estaba situado más o menos, donde hoy está ubicado el cuartel de la Policía Nacional. También Reinosa sufrió bombardeos continuos a causa de las fábricas de armamento que había en la zona y que el bando fascista quería inutilizar. Franco potenció, en parte al Frente Norte, en detrimento de la conquista de Madrid -además de para conseguir la total destrucción de los enemigos republicanos, cosa confesada por él en entrevistas de prensa, y que dejaba perplejo al Fhürer que entendía la guerra de España con más agilidad, pues de haberse conquistado Madrid al principio el resto del territorio se daba por caído y la guerra hubiera durado solo un año-
Las fábricas de Vizcaya y Reinosa resultaban un objetivo goloso para el aprendiz de Caudillo puesto que le proporcionarían material de guerra en detrimento del bando republicano que perdería armamento y recambios para el resto de la guerra pasando a depender únicamente de la importación y con las trabas que imponía el Tratado de No Intervención las dificultades serían insalvables..
En el principio de la guerra poca gente hacía caso de las alarmas, que se producían ante las incursiones de los aviones enemigos.“Pájaros negros” los llamaba la prensa; aparecían, sobrevolaban el cielo santanderino y marchaban en formación sin haber soltado la carga mortífera para la que estaban diseñados. Quizá solo reconocían el terreno para atinar mejor en el futuro, o inspeccionaban las defensas de la ciudad…O simplemente, intentaban generar escepticismo en la gente para mejor destruir el día que se decidieran a tirar su carga mortal.
Casi se convirtieron en anecdóticas las incursiones de la aviación enemiga entre el inocente vecindario santanderino que miraban al cielo con curiosidad para ver esos pájaros brillantes sin intuir la capacidad de destrucción que podían contener en sus vientres.
Se fueron adecentando refugios existentes en la idea de que poco habría que temer de la aviación enemiga. Pensemos que, aunque durante la Primera Guerra Mundial hubo bombardeos a población civil, fueron escasos, aunque letales. Quiere la historia que tengamos el dudoso honor, como país, de haber procedido al primer bombardeo sobre población civil. Lo realizó el Ejército del Aire de España el 5 de noviembre de 1913, durante la Guerra del Rif.2 Se utilizaron biplanos Lohner Pfeilflieger , que despegaron del aeródromo de Tetuán y descargaron bombas de fabricación alemana Carbonit de 10 kg de peso sobre diversos objetivos militares y civiles.
El siguiente bombardeo sobre civiles se produjo en 13 de diciembre de 1913 en la I Guerra Mundial, dando paso a la llamada “Guerra Total” A partir de entonces, las batallas no se desarrollan entre ejércitos en campos de batalla sino que son llevadas hacia la destrucción de ciudades intentando realizar el mayor daño a la población civil con el fin de desmoralizar al enemigo.
Entre 1915 y 1918 los alemanes orquestaron una campaña de bombardeo con dirigibles y aviones contra Gran Bretaña cuyo objetivo, además de los medios militares, fueron la capacidad industrial y económica del país para sostener la guerra, así como la moral de la población. Se trató de la primera campaña aérea “estratégica” de la historia , aunque rudimentaria en sus medios y métodos y limitada en cuanto a los efectos, dejó apuntada la vulnerabilidad de toda una sociedad y su esfuerzo de guerra frente a un tipo de ataque nuevo y potencialmente devastador. El desarrollo de las operaciones alemanas obligó a los británicos a organizar un sistema antiaéreo cada vez más complejo que, con el tiempo, ganó en efectividad.
Como colofón de esto diremos que podemos indicar que la II Guerra Mundial acabó, precisamente, después de sufrir Japón el terrible ataque nuclear por parte de EEUU que produjo la rendición.
La macabra idea de eliminar personas inocentes había surgido antes de nuestra guerra, pero no era común y la gente poco informada de lo que suponían, dudamos que entendiera que se podía bombardear y ametrallar desde el aire a gente normal que vivía en una zona determinada, que era hasta posible que compartiera ideario con los que tiraban las bombas. Tan macabra forma de hacer la guerra se ensayó y perfeccionó con toda claridad en nuestra guerra.
La Legión Cóndor había bombardeado Bilbao meses antes que Santander, tal que el 25 de septiembre de 1936, produciéndose una masacre seguida de represalia en el asalto de los barcos prisión, Altuna Mendi y Cabo Quilates, que como el Alfonso Pérez del muelle de Maliaño, estaban atracados en el puerto bilbaíno, pero, repetimos, la gente de Santander confiaba en su destino menospreciando los aviones que nos sobrevolaban.
Hasta que el día 27 de diciembre de 1936, justo al mediodía, todos los testigos apuntan a que eran alrededor de la una del mediodía, la aviación alemana con Junkers y cazas, entraron por el centro de la región (apuntan agricultores de pueblos de interior que visualizaron los bombardeos y luego escucharon los estallidos) para luego bordear la costa, sobrevolaron la zona de Monte y Cueto y comenzaron a dejar caer las bombas en el Barrio Obrero, Maliaño, Marqués de la Hermida y zonas aledañas. Se dijo, que buscaban destruir un campamento de asturianos que había en las afueras. Se dijo que se equivocaron porque su intención era bombardear el Cuartel María Cristina, o el puerto…Como se dijo después, que el bombardeo de Guernika fue realizado por el ejército vasco, que la tierra madre de los vascos fue masacrada por los gudaris…Tantas infamias para ocultar la terrible realidad. Se trataba de asesinar con impunidad a civiles. Cuantos más, mejor y siempre de clase trabajadora.
He consultado las fotos que existen realizadas desde el aire, y os aseguro que son totalmente claras. No, la Legión Cóndor nazi no se equivocó, su intención era diezmar la población trabajadora, más proclive a la izquierda, de Santander. Es curioso constatar que ninguna incursión aérea con bombardeo incluido cayó jamás sobre El Sardinero, Paseo de Pereda o calles aledañas donde residía la alta burguesía santanderina. Como jamás cayeron bombas en el Barrio de Salamanca de Madrid, tanto es así que se refiere como anécdota que la gente corría a refugiarse en las calles ricas porque sabían que nunca se bombardeaban.
Se programó la guerra total, con la intención de golpear fuerte a la gente poco afín. Como se programó la solución final para el problema de las razas inferiores durante el Tercer Reich.
La cifra exacta de muertos del día 27 de diciembre, es de 64 en total. La de heridos que pudieron sobrevivir es cuantiosa. Los dramas se repitieron durante las horas siguientes al bombardeo de forma dramática, padres que buscaban a sus hijos, y cuando los encontraban estaban destrozados. Familias que quedaron diezmadas por la pérdida de varias personas…Dolor, sangre que enfureció a la gente como es comprensible.
De forma inmediata un rugido de la población se levanta. “Vamos al barco” era la consigna. El primer ataque al Alfonso Pérez fue espontaneo. Familiares, amigos, o simplemente gente que presenció la masacre decidió tomar la justicia por la mano y se llegaron al puerto de Maliaño donde numerosos presos estaban en las bodegas del barco.
Eran falangistas, sacerdotes y derechistas reconocidos que habían efectuado campaña notable en contra del régimen republicano. Habían sido detenidos y juzgados y se encontraban presos en el barco por falta de plazas en la prisión provincial. Se había destituido a un jefe de la prisión por su trato vejatorio a los presos, y nombrado a Emilio Saiz, que puso orden para ofrecer trato más humano. No quiero decir con esto que no padecieran privaciones e incomodidades debido a las condiciones del barco, ya que nos consta que sufrieron una situación muy dura. Eran más de cuatrocientos prisioneros, hacinados en las bodegas del barco, sin higiene, sin intimidad, con poca comida y con el trato que se da al enemigo en caso de guerra. Lejos de mi querer justificar vejaciones pero entendemos que la situación en la ciudad era terrible y la guerra, no lo olvidemos, fue producida por un golpe de estado frustrado a un gobierno elegido en las urnas.
El jefe del barco, Emilio Saiz, intentó parar a la turba que se acercó con intención de linchar, se dice que sin mucha fuerza, pero habría que haber sido un héroe descomunal para impedir a una masa de personas enfurecidas por el reciente bombardeo, que cumpliesen su ansia de venganza.
Sobre las tres y media de la tarde comienza la masacre del Alfonso Pérez. Cierran las escotillas de las cuatro bodegas dejando una sola abierta, piden que los presos se coloquen en medio, cosa que naturalmente no hacen, refugiándose en las esquinas de las bodegas intentando protegerse con colchones y comienza el tiroteo además de que también se utilizaron bombas de mano. Fue una masacre terrible…Al tiempo que el furor se calmaba, y marchaban los atacantes, dos siniestros personajes de la ciudad, el comisario Neila, de triste recuerdo y el jefe de Justicia, Quijano, con un grupo de milicianos se acercaron al barco, en la que se ha dado en llamar, segunda incursión del Alfonso Pérez. Esta vez, seleccionan a los reos, porque llevan listas de nombres, dejando subir los heridos arriba donde son rematados con frialdad. Poco después se desplazan hasta el barco milicianos de la FAI con la orden tajante del gobernador civil, Juan Ruiz Olazarán, que se hallaba en Madrid ese día, de parar la masacre, incluso llevan el mandato de que si Neila y Quijano no hacen caso, los ejecutarán al momento y se restablecería el orden en el barco atendiendo a heridos.
Hay un discurso que esa misma noche dice por radio Bruno Alonso, que si pueden búsquenle, porque sus palabras son claramente de condena tajante sobre lo sucedido en el barco. He de decir, sin embargo, que jamás se pidieron responsabilidades a Neila y Quijano, que eran cargos oficiales gubernativos. No se investigó ni se les castigó de forma ejemplar por las autoridades de las que dependían. La masacre del Alfonso Pérez supuso un grave descredito para la República, ya que numerosos periodistas contaron lo sucedido(casi todos eran afines a los golpistas, cosa que nos cuenta con detalle Arturo Barea en su trilogía La forja de un rebelde) como decimos, la prensa se hizo eco de los suceso trágicos del Alfonso Pérez, la BBC ofreció imágenes de la masacre con el consiguiente escándalo en las potencias occidentales, muy predispuestas a criticar los desmanes republicanos los hechos anticlericales, y muy poco a los que se producían en las líneas bajo mando franquista.
Estos hechos terribles del barco prisión no podemos obviarlos porque han ensuciado de forma sangrante la historia republicana en nuestra ciudad, así como las terribles acciones de Neila en cuya checa se torturó y se hizo desaparecer a personas derechistas, religiosos y falangistas. Lo que distingue ambas represiones es que la ocurrida en zona republicana fue realizada por elementos radicalizados no gubernativos (salvo el caso de Neila que no tiene justificación posible, ya que era un psicópata terrible que debió militar bajo el mando fascista) mientras que la franquista fue sistematizada y programada con saña. También hacemos constar que las víctimas de los trece meses republicanos fueron dignificadas al momento y las del bando fascista, andamos aún reivindicando e intentando recuperar y dignificar sus nombres.
Si algo demostró el terrible bombardeo del día 27 de diciembre, es que la aviación enemiga iba en serio. Por el contrario la republicana era muy precaria. La formaban dos clases de aviones, los llamados “moscas” y los “chatos” que intentaban contrarrestar los ataques enemigos partiendo desde el aeródromo de La Albericia y también en alguna ocasión desde uno que existía en Pontejos, sin éxito la mayor parte de las veces. Hay que decir que Santander no tenía efectivos de aviación antes de la guerra, que comenzada solo llegaron algunos de particulares, el primero del aeronáutico Esteban Bruno Cea y el seis de agosto de 1936, un Dragon Rapide, un caza Nieuport Ni-52 y dos Breguet.
Con el fin de construir de urgencia refugios seguros para la población se reúnen de urgencia, Ruiz Olazarán, Bruno Alonso, Castillo Bordenave (alcalde de Santander, que reivindicaremos en breve) y el director de Industria, Valeriano González Puertos. Se contratan 1416 obreros para realizar nuevos refugios y acondicionar los que existen. La arcas municipales estaban vacías por lo que el alcalde Bordenave confirma que solo puede pagar sueldos a 496 obreros y que, o se suspenden las obras de remodelación de la ciudad, que quiere modernizar de forma un tanto ingenua y fantasiosa (habla de tener todo dispuesto para recibir turistas el verano siguiente ¡en plena guerra!) o se le debe de dar disposición por parte del estado o particulares de más dinero. Se realiza una suscripción popular con este fin y se recaudan 8895 pesetas. Poco después el alcalde es destituido porque primaba las obras de remodelación de la ciudad a la construcción de refugios. El alcalde que le sustituye lanza las mismas proclamas y tiene idénticos problemas.
Eulalio Ferrer, padre, colabora también en la construcción de los refugios puesto que era cargo municipal.
Hemos de decir que las autoridades se plantearon incluso unos ataques de guerra química, por lo que algunos de los nuevos refugios son preparados para dicha eventualidad.
En la construcción de nuevos refugios se aprovechan muros, colinas de la ciudad como la Peña del Cuervo, una que está en la calle Bonifaz, y Escolapios. Son dos clases de refugios, los reacondicionados y los de nueva construcción. Estos últimos se realizaban de forma zigzagueante, para amortiguar en caso de penetración de las bombas. Sus medidas eran de altura solo 1,20 y de ancho 1.80.
La lista de refugios en inmensa, dejo los más importantes:
Sótanos de Vda. Valderrama, San Fernando. Calle Madrid, Antonio López 11,13. Santa Clara. Calle Sevilla lo que hoy es el Paraninfo que era la Escuela de Artes y Oficios. Correos, Iglesia del Cristo, en la cripta. Delegación de Hacienda, Arcos de Doriga y Botín en Pombo, Castelar 11,13, casa Siboney, Ayuntamiento, Banco de España, Casimiro Saiz 23, Ramón Pelayo…
La organización defensiva en los refugios estaba muy organizada con señalización, se nombraba un jefe de refugio que controlaba el buen comportamiento de la gente y evitaba problemas de incivismo puesto que el hacinamiento era común y mantenía la buena organización de los sacos terreros en puertas y ventanas de los mismos.
No se podía fumar, ni hacer necesidades, ni gritar, apenas se debía hablar y si se hacía debía de ser muy bajo, tampoco comer o beber y se debía de mantener en todo momento el orden de entrada, primero los niños/as, luego mujeres y ancianos y por último los hombres.
Daremos las cifras de la guerra aérea en Santander:
Se produjeron 189 incursiones aéreas. 34 bombardeos efectivos, que produjeron 88 muertos, 104 heridos.
El total de refugios en Santander es de 114 finalizados antes de la caída de la ciudad. El total de muertes producidas en Santander durante los trece meses de guerra fueron 1283, en esta cifra se incluyen los enfrentamientos entre diversos grupos extremistas de ambas ideologías.
El España mueren víctimas de bombardeos fascistas 8000 civiles en la zona republicana. En la zona dominada por las tropas franquistas no pasan de 1000 debido a la exigua aviación de guerra republicana.
Solamente en Barcelona, en el año 1938, la aviación italiana con base en Mallorca, produce 980 muertes, civiles en su mayoría. En total durante la contienda, son 2500 muertos y más de 320 heridos. Alicante: 459, Cartagena: 200, Madrid: 1270, Tarragona:230.
En el bombardeo de Durango se producen 250 víctimas y en Guernica 150 civiles todas.
El total de asesinados en la postguerra, desde 1937 hasta 1950, es de 1070 fusilados en Ciriego, 230 en la Prisión Provincial (el garrote se efectuaba en la prisión aunque luego se enterrara en Ciriego) No se incluyen, naturalmente, la cantidad desconocida de “paseados” “desaparecidos” que siguen en las diversas cunetas y zanjas de la comunidad.
El historiador Santos Juliá baraja la cifra de 140.000 víctimas del franquismo.
He constatado y pueden verificarlo ustedes el total desconocimiento que existe del bombardeo santanderino, siendo de los primeros en producirse, gran parte de la información histórica lo obvia totalmente. Incluso nos damos cuenta de que en la misma ciudad pocas personas conocen los hechos del 27 de diciembre, y de que fue la aviación nazi de la Legión Cóndor quien masacró la ciudad. En el refugio antiaéreo hay un uniforma nazi expuesto simulando un piloto. Y en Ciriego hay monumento a los aviadores nazis que perdieron la vida en Santander. También diremos que las víctimas del Alfonso Pérez fueron enterradas en un primer momento en una fosa en Ciriego; al acabar la contienda, en el mismo 1939, fueron exhumados los restos de los 159 asesinados y pasaron a descansar en la cripta de la Catedral santanderina, donde hay un altar con una placa de mármol con todos los nombres. Entre ellos, he de decir que está el de Juan Cañedo Cubas, primo mío y sobrino de mi tío, Anastasio Cañedo Mancebo, fusilado en Derio debido a que era teniente miliciano del ejército de la República española.
Si una cosa debemos tener clara es que los fascistas saben dar lugar de honor a sus víctimas, ojalá la democracia española de la que formamos parte lo hiciera de la misma forma.
María Toca Cañedo©
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