Las amistades del Cuñadísimo.

Mientras visitaba los campos de Mauthausen y los secundarios de Gusen, Hartheim y Milk, incluso documentándome y estudiando la barbarie nazi y la repercusión que tuvo en los miles de españoles víctimas y residentes de esos campos, me preguntaba como muchos años atrás lo hizo Montserrat Roig ¿por qué fueron encerrados los españoles en los campos?https://www.lapajareramagazine.com/montserrat-roig

La mayoría de los presos españoles provenían de la Compañía de Trabajadores Extranjeros a las que se afiliaron desde el exilio francés, quizá para compensar la pérdida de la guerra civil ante el fascismo/nazismo, o también para huir de la terrible estancia en los campos de refugiados habilitados por el gobierno  vecino para recluir a los antifascistas españoles. La mayoría, por tanto, se consideraban soldados pertenecientes a batallones franceses y por tanto debían estar sujetos a la Convención de Ginebra para presos de guerra.

El ejemplo claro lo tenemos en la historia del legendario fotógrafo de Mauthausen, Francesc Boix, que luchó en la guerra de España, siendo militante del PSUC en la 30\ Divión. Se exilió en Francia y pasó a formar parte, en la Compañía de Trabajadores Extranjeros, citada anteriormente, a cuyo mando estaban oficiales franceses en reserva y destinado a los Vosgos. Fue hecho prisionero y confinado junto al resto de los compañeros en los campos de Vernet y Septphonds con la condición de Frontstalag y Stalags, es decir, prisionero de guerra. Como ese ejemplo se pueden constatar casi todos, entre ellos los de los cántabros exterminados en los campos citados.  Hasta ahí todo correcto. Entonces ¿qué pudo ocurrir para ser trasladados los aproximadamente 9000 españoles a Mauthausen y el resto de los campos de exterminio nazi?

La pregunta ha martilleado en la cabeza, como antes lo hizo en la de mi admirada y llorada Montse Roig, primera investigadora de este horror. La respuesta es sencilla y fue fácil encontrarla, pero antes les contaré la historia de un sujeto que tuvo mucho que ver con el confinamiento de españoles en campos de concentración y que explica a la perfección cuál fue la postura del gobierno español frente a la nazismo y su posición totalmente amigable con las potencias del Eje, reforzada amistad que luego pretendió difuminarse en aras de una conciliación con los que ganaron la guerra.

 

Ahí va la historia:

Dos estudiantes de Derecho se conocen en la facultad durante sus estudios. Son atractivos, de buenas familias,  visten con elegancia y se codean con la mejor sociedad madrileña. Ambos son inteligentes, carismáticos y deseosos de conservar el estatus que les encumbra en el pináculo social.

Uno es de Cartagena, el otro de Madrid,  los dos han perdido a su madre siendo niños,  lo cual les une todavía más. De amplias familias y con padres importantes, un tanto tiránicos y ausentes, se han criado entre los algodones de la alta sociedad y de nurses amorosas. Se hacen amigos de inmediato. Les apasiona la política a ambos y están condenados a practicarla de forma afín.

Comparten la admiración profunda hacia Mussolini y desean para España la misma bota engolada  que el Duce ha impuesto en Italia.

Esos hombres son José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador Miguel Primo de Rivera, que dio un golpe de estado permitido y auspiciado por el infame Alfonso XIII  cayendo en desgracia al acabar de malas formas su mandato. A su hijo le obsesiona reivindicar el honor paterno bastante vilipendiado por los mismos que antes le auparon.

El otro, es el atractivo y atrayente, Ramón Serrano Suñer, nacido en Cartagena, cuyo padre ejercía la abogacía de prestigio y su hijo pretendía emular. Como complemento, el murciano, tiene unos bonitos ojos azules, pelo rubio, y como su amigo, la talla supera en bastantes centímetros la media española.

Ambos triunfan entre las mujeres por su facha, por la elocuencia de su verbo y el carisma que hemos citado. José Antonio, se decanta por la soltería y la dedicación a la causa de fundar un partido político sosia del fascismo italiano a quien copia prácticamente todos los preceptos. Su  implicación política no le impide intimar con determinadas señoras de la alta sociedad sin escrúpulos de que sean casadas… Las normas del partido arrinconan  a las mujeres a meras procreadoras, madres o esposas sumisas y ejemplares con la decencia por norma y ninguna connotación sexual, para lo que se crea la Sección Femenina, altamente analizada en nuestro artículo https://www.lapajareramagazine.com/la-seccion-femenina-las-feminazis-que-fueron-de-verdad Lo que ocurre es que las normas se reservan para el pueblo, los lideres están exentos de cumplirlas, debía pensar José Antonio.

El dia 16 de octubre de 1923 se celebró en la iglesia de San Juan el Real ,de Oviedo, la boda del jefe del Tercio, teniente coronel don Francisco Franco, con la señorita María del Carmen Polo.

El amigo, Ramón Serrano Suñer, consigue la licenciatura de abogado, aprueba con esfuerzo la oposición a Abogado del Estado, recibiendo  destino en Zaragoza, donde toma contacto con otro personaje bien conocido de nuestra historia. El coronel jefe de la Academia Militar, Francisco Franco Bahamonde. Franquito para los amigos. Poco antes, justo mientras reprimía a sangre y fuego la revolución asturiana, ha contraído matrimonio con  Carmen Polo, que tienen una hermana viviendo con ellos, Ramona Polo, Zita, en confianza. Imaginamos a la hermanísima casta y pura recién llegada de la escueta Vetusta, cayendo rendida ante el encanto del abogado del Estado poseedor de los ojos azules mejores del reino. Y la historia de amor cuaja. Se casan   comenzando a procrear rápido y seguido. A la vez, Ramón, conspira contra la odiada República que ha traído libertades y la lucha por un estado igualitario para toda persona sea de la clase que sea. Algo que a los esmerados jóvenes les parece intolerable. Además, Ramón, comienza su larga historia de infidelidades a la pobre Zita, que embarazo tras embarazo, le espera solicita en casa con las zapatillas y el batín bien dispuesto. El reposo del guerrero se diría que es doña Zita, la perfecta casada.

Ya hemos hablado de la vocación política de ambos amigos, José Antonio con sus fundaciones falangistas y Ramón que no encuentra fácil acomodo en los partidos derechistas de la República.  En principio se presenta por   una formación creada por la oligarquía aragonesa como defensa de sus intereses de clase. De alta clase. Se trata de la Unión de Derechas de Zaragoza, donde fracasa pues no es elegido. En 1933 se presenta a diputado por la CEDA,  sin muchas ganas ya que no soporta a Gil Robles, ni éste a él; han  chocado desde el principio, por diferencias religiosas. El partido de Gil Robles es católico a machamartillo manteniendo obediencia ciega a las normas religiosas, a Ramón eso no le convence, además de que Gil Robles muestra excesiva querencia monárquica que tampoco entusiasma a Serrano, más proclive a la republica fascista al modo italiano.

El estallido de la guerra civil le coge en Madrid, lo cual supone mala suerte porque, lógicamente al ser diputado derechista, es bien conocido por los dirigentes políticos de la República poniéndolo en el punto de mira de  milicianos descontrolados.

Madrid está en llamas, desesperada por el sitio al que la someten los golpistas, el gobierno se ve desbordado por los acontecimientos. Se han repartido las armas al pueblo formándose milicias que intentan controlar el asedio y  la Quinta Columna, tan propagada por Mola, dichas milicias son integradas por gente heroica pero también por elementos extremistas criminales que hacen “sacas” y “paseos” a discreción.

Ramón Serrano Suñer, es encarcelado en la cárcel Modelo, sus dos hermanos  José y Fernando también entran en prisión. Años después, contará  Ramón, que contempló cosas desagradables en la cárcel, sufriendo él mismo un sucedáneo de fusilamiento.  Pero tiene suerte, alega una afección estomacal, por lo que le trasladan a un hospital de donde se escapa disfrazado de mujer consiguiendo  después de rocambolescas huidas, llegar a donde está su familia, recogerla y trasladarse a Salamanca, donde sus cuñados, Francisco y Carmen, residen, convertido ya Franco en Jefe de Estado Mayor y dirigente incontestado de la contienda. Son acogidos con cariño y se les habilita una residencia en el mismo  palacio donde reside el Generalísimo.

José y Fernando Serrano Suñer, no han tenido tanta suerte y en una saca un grupo de milicianos los fusilan en Aravaca. Ramón, al enterarse, en la seguridad que le presta la zona fascista, quizá el odio hacia el otro bando se le exacerba hasta llenarle de  un seco resentimiento que lo llevará a desquitarse fatalmente más adelante.

La inteligencia y capacidad organizativa de Serrano Suñer es aprovechada por el mediocre generalillo que se ha aupado al frente del ejército, de la guerra y con el triunfo de la contienda, al estado. Se convierte en su asesor legal, promoviendo el entramado del nuevo estado que da formula y fondo a un gobierno fascista a la vez que sus relaciones con el Duce y con Hitler, hacen que se faciliten las cosas para Franco.

Para entonces, el otro, que parece que  olvidamos, José Antonio Primo de Rivera, ha sido encarcelado y trasladado, por su seguridad, ya que en Madrid su vida sería presa de milicianos, a la cárcel de Alicante. Ramón intenta sacarle de prisión con negociaciones en las que implica a Indalecio Prieto que está a favor de liberarle, también hay diversos planes de Alemania para asaltar la prisión alicantina que Franco prohíbe.

Franco y José Antonio se han conocido por mediación de Serrano. Se han visto solo en  dos ocasiones; a José Antonio, Franco le produce aversión. Recogemos las palabras que trascribe Serrano Suñer, sobre la presentación:

José Antonio y Franco no habían tenido otro encuentro anterior más que al coincidir en mi casamiento, ceremonia en la que ambos fueron testigos. Sólo más tarde, en la proximidad de las elecciones de 1936, José Antonio quiso entrevistarse con Franco que en su día había recibido la carta a que vengo refiriéndome  sin demasiado interés. José Antonio estaba entonces obsesionado con la idea de la urgente intervención quirúrgica preventiva y de la constitución de un Gobierno nacional que, con ciertos poderes autoritarios, cortaran la marcha hacia la revolución y la guerra civil que, a su juicio, se haría inevitable si, como él profetizaba, perdían las elecciones las derechas e incluso si las ganaban. Me encargué de organizar el encuentro que se celebró en la calle de Ayala en casa de mi padre y mis hermanos. Fue una entrevista pesada y para mí incómoda. Franco estuvo evasivo, divagatorio y todavía cauteloso. Habló largamente; poco de la situación de España, de la suya y de la disposición del Ejército, y mucho de anécdotas y circunstancias del comandante y del teniente coronel tal, de Valcárcel, Angelito Sanz Vinajeras, “el Rubito”, Bañares, etc., o del general cual, y luego también de cuestiones de armamento disertando con interminable amplitud sobre las propiedades de un tipo de cañón (creo recordar que francés) y que a su juicio debería de adoptarse aquí. José Antonio quedó muy decepcionado y apenas cerrada la puerta del piso tras la salida de Franco (habíamos tomado la elemental precaución de que entraran y salieran por separado) se deshizo en sarcasmos hasta el punto de dejarme a mí mismo molesto, pues al fin y al cabo era yo quien los había recibido en mi casa. “Mi padre –comentó José Antoniocon todos sus defectos, con su desorientación política, era otra cosa. Tenía humanidad, decisión y nobleza. Pero estas gentes…”

La segunda vez que se encuentran, es como suponen, el día en que Serrano se casa con doña Zita ya que  ambos son testigos en la boda.

No se caen bien, José Antonio desprecia a Franco y éste le envidia su porte y carisma temiendo, con razón, que le usurpe protagonismo. Por lo que decide que mejor muerto a manos enemigas y convertido en héroe ausente que en enemigo presente.

La historia nos cuenta que José Antonio es condenado a muerte, en el gobierno no hay unanimidad en la condena, que al final se firma y se le fusila en Alicante.  No sabemos que hubiera pasado de seguir vivo. Los augurios son que los acontecimientos hubieran variado bastante, José Antonio propugnaba la violencia en sus discursos y en los escritos abogaba por las formas agresivas como arma política, era un fascista convencido pero inteligente y carismático, que  aborrecía la guerra y le espantaba un conflicto civil entre españoles aunque durante toda su vida publica hubiera estado trabajando para desguazar la democracia republicana.

Nuestro hombre, Serrano, se erige como mando supremo de Falange luciendo,  al final de la guerra, entorchados brillantes, rutilante uniforme falangista  erigiéndose  enseguida en unificador de los partidos que han apoyado el golpe de estado (las JONS, y la Comunión Tradicionalista)  convirtiéndose en  el cerebro que dirige la política de Franco y en jefe supremo del nuevo partido que ideologizará los primeros años de la dictadura, FET y de las JONS

Es un convencido germanófilo. Adora a Hitler y a Mussolini  de los que toma ejemplo para el entramado del nuevo estado español. Toma posesión del Ministerio de  Interior y Gobernación, desplaza a Nicolás Franco, hasta entonces asesor de su hermano, le envían a Lisboa de embajador, puesto de poco lustre y Ramón Serrano Suñer se convierte en el “Cuñadísimo”

Durante ese tiempo su actividad es frenética, redacta el Fueron del Trabajo, a imitación de Carta di Lavoro, italiana. También  promueve un leonina Ley de Prensa e Imprenta, para atar las opiniones a una censura férrea que no deja lugar a sorpresas, también crea la ONCE el trece de diciembre de 1938.

Ramón Serrano Suñer está convencido de la superioridad de las potencias del Eje, no duda ni un momento del triunfo en la guerra de sus aliados. Su germanofilia es el gran  motivo para  ser nombrado, el nueve de agosto de 1939 también Ministro de Exteriores y la consecuente defenestración del anglófilo Beigbeder lo cual le confirma como el todopoderoso hombre fuerte del régimen.

Sus deseos se confirman cuando en mayo de 1940 la bota nazi invade Francia. En septiembre de ese mismo año, Ramón Serrano Suñer, viaja a Berlín  con el fin de entrevistarse con el Fhürer, agradecerle su generoso apoyo en la guerra española, concertar una cita  para su reunión con  Franco, que se llevará a cabo en Hendaya poco después. A Serrano le gustaría unirse a la guerra con el bando, que considera vencedor, cosa que no sucede por diversos motivos.

*Serrano Suñer, supo provechó su cargo en la Falange y las relaciones con el partido nazi alemán, especialmente con Himmler, para conseguir la detención en Francia y traslado de estos refugiados españoles a España. No utilizaron los tratados de extradición, sino que se hicieron valer de la estrecha colaboración entre la policía española y la Gestapo, y de forma paralela, entra la Falange y el partido nazi para llevar a cabo la represión contra los «rojos españoles» (rotspanien, en alemán) de forma clandestina.

 

Como Ministro de Gobernación, Serrano Suñer, creó los esquemas jurídicos de la represión basada en criterios políticos, tales como la promulgación de las leyes de Represión de la Masonería y el Comunismo (1-3-1940) y de Seguridad del Estado (marzo de 1941), que preveía pena de muerte para cualquier disidencia, etc.

Como claro ejemplo de esta colaboración entre las autoridades franquistas y el régimen nazi, después de la captura de varios miles de republicanos españoles en la ciudad francesa de Angulema, la Embajada Alemana en Madrid preguntó, el 20 de agosto de 1940, al Ministerio de Asuntos Exteriores español, si quería hacerse cargo de estos refugiados. Ante la ausencia de respuesta por parte de la diplomacia española, la Embajada del III Reich repitió la pregunta una semana después, añadiendo si querían hacerse cargo también de otros cien mil republicanos españoles que estaban en campos de concentración instalados en los territorios franceses ocupados por las tropas alemanas.

Finalmente, los hombres hechos presos en Angulema, incluso niños en algunos casos, junto con otros detenidos en otros lugares de Francia, y hasta alcanzar la cifra de doce mil, acabarían en los campos de concentración nazis.
Los dirigentes españoles tenían conocimiento de lo que pasaba en campos como el de Mauthausen. Por ejemplo, el Consulado Español en Viena tramitó diferentes asuntos, como defunciones, cartas, preguntas de familiares, e incluso la liberación de algún niño de los campos a instancias de altos cargos españoles como Serrano Suñer (tal fue el caso del Sr. Nos Fibla, natural de Alcanar, provincia de Tarragona).

Durante la visita de Serrano Suñer a Berlín como Ministro de Gobernación de España y Presidente de la Junta Directiva de la Falange se publicó la orden de deportación de los republicanos españoles a campos de concentración, como «apátridas».

Entre el 16-10-1940 y el 3-9-1942 fue Ministro de Asuntos Exteriores, asumiendo en la práctica, de forma simultánea, la responsabilidad del ministerio de Gobernación hasta el mes de mayo de 1941. Desde dicho cargo propugnó la intervención de España en el bloque nazi-fascista, y otorgó unas facilidades extraordinarias de actuación a la Gestapo en España.

También Serrano Suñer fue uno de los principales impulsores de la denominada «División Azul», cuyos miembros juraron fidelidad personal a Hitler, y que combatió encuadrada en el ejército alemán en la ocupación de los territorios de la antigua Unión Soviética. En la declaración que el general Guenther Krappe, agregado militar alemán en Madrid durante la II Guerra Mundial y el coronel Hans Renner, militar alemán destacado en Tánger, hicieron para el Subcomité del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 1946, se destaca la participación de Serrano Suñer en la preparación de la «División Azul» en la que Krappe participó como agregado militar.

 

El Subcomité del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del año 1946 llegó a las siguientes conclusiones:

-«En origen, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen franquista es un régimen fascista, siguiendo las pautas, y establecido ampliamente como resultado de la ayuda recibida, de la Alemania Nazi de Hitler y la Italia Fascista de Mussolini».
La correspondencia intercambiada entre Hitler, Franco y Mussolini, junto con otros documentos capturados a los alemanes, constituyen una evidencia contra Franco del mismo tipo que las (…) presentadas en los Juicios de Nuremberg contra los criminales de guerra (…)».

Como consecuencia de las buenas relaciones nazi españolas y de la mediación del ministro Serrano, los presos españoles, como   Frances Boix  y  alrededor de cincuenta hombres procedentes de Cantabria que junto al resto de los  4325 aproximadamente (hay bastantes ilocalizables) van a trabajar en turnos de 12 horas, con hambre, piojos, enfermos, débiles, en las canteras que sacan granito para la construcción de edificios alemanes, o en los inmensos túneles, ruidosos, con temperaturas abrasadoras, que construyen armas para bombardear ciudades aliadas. Los presos, que salvo excepciones como la de Boix**, recorren los escalones de la muerte de Mauthausen o los infinitos túneles donde a más de cuarenta grados de temperatura, ruidos infernales y una gran humedad, trabajan a destajo produciendo armas, primero cohetes secretos ( Werner Von Braun, fue uno de los diseñadores de dichas armas, luego lo adoptaron los norteamericanos convirtiéndolo en padre putativo de la carrera espacial, Oriana Fallaci le descubrió en los años sesenta) luego ya armamento de guerra al amparo de los bombardeos de los aliados sobre suelo alemán.  Los presos, esclavos más bien, trabajan hasta morir porque cuando ya estaban muy deteriorados e inservibles,  eran ahogados en agua fría, ahorcados, gaseados en las cámaras y pulverizados en los hornos. En ocasiones se les trasladaba al cercano sanatorio (castillo de Hartheim) para experimentar con sus cuerpos hasta morir.  Quizá, sus cenizas alimentaron los campos cuyo suelo pisamos las personas que les rendimos homenaje. En los túneles, esclavos exhaustos si quedaban dormidos de puro agotamiento, eran ahorcados al momento, quedando a la vista los cuerpos pendiendo de la cuerda, para que el resto de los trabajadores  les sirviera de lección. Desmayarse, dormirse o ir lento, suponía la inmediata muerte.

****También se tiene constancia que el Ministro de Gobernación del general Franco, Ramón Serrano Suñer, solicitó a las autoridades de ocupación la entrega de más de seiscientos refugiados españoles que habían ejercido cargos democráticos en la República Española cuyos nombres figuran en una nota firmada por Serrano Suñer, que hoy se encuentra en el Archivo Nacional de Francia.

Consecuentemente, fue también responsable, de la detención por la Gestapo de los dirigentes republicanos españoles refugiados en Francia como Lluís Companys (antiguo Ministro de Marina y Presidente de la Generalitat de Cataluña), Joan Peiró (sindicalista y Ministro), Julián Zugazagoitia (socialista, miembro del Gobierno Vasco) Rivas Cheriff (dramaturgo, cuñado del presidente de la República Española, Manuel Azaña), etc. en la Francia ocupada. Fueron entregados a la policía franquista que los torturó antes de fusilarlos.

Fue la intervención de Ramón Serrano Suñer la que propició que los españoles fueran considerados apátridas y se les recluyera en los campos de exterminio, ya que el sistema imperante en España se proponía la total eliminación de la población “roja” y para ello nada mejor que los métodos nazis de sus campos de exterminio.

El desenlace de la historia oficial de Serrano Suñer se produce al final de la guerra cuando los nazis pierden la contienda y su amigo el Duce pende de un cable de la luz en Italia. Franco, zorro y traidor como pocos, decide virar su política abiertamente pro nazi/fascista poniendo la vista en convencer a los aliados de su bonhomía. La guerra fría hace el resto y se consigue, años después, que Eisenhower aterrice en Madrid confirmando con ello el perdón al dictador. Serrano Suñer es un mal recuerdo para la dictadura y es destituido en un intento de lavado de cara. Dicen las lenguas románticas que algo tuvo que ver su tórrido y conocido romance con la bella y elegante marquesa de Llanzol y la hija que tuvieron extramaritalmente, la bella Carmen Díez de Riverahttps://www.lapajareramagazine.com/carmen-diez-de-rivera que tanta influencia tuvo durante la Transición, con un olfato y gusto político heredado de su padre pero, afortunadamente, de signo opuesto. Pero eso son habladurías y otra historia menos importante.

 

 

 

Se intentó denunciar por crímenes de guerra a Serrano, siendo un venerable anciano (murió con 102 años) pero como tantas otras veces, no se pudo realizar. En 2014, el gobierno de Rajoy, sacó a España del conjunto de países que pueden juzgar los crímenes de guerra,  siendo imposible realizar ese juicio  en nuestro país gracias a la ley de Amnistía que prohíbe juzgar crímenes del fascismo.

Solo queda la maldición personal al atractivo y longevo señor Serrano Suñer.

María Toca Cañedo©

*http://www.memoriacatalunya.org/articles/art50.htm

**Francesc Boix, salva la vida gracias a su oficio de fotógrafo que es utilizado por los guardianes del campo para documentar fotográficamente la identidad de los presos y diversos procedimientos del campo. Meses antes de la liberación recibe la orden de destruir el material fotográfico, cosa que no hace, escondiéndolo con la colaboración de la mujer austriaca Anna Pointerhttps://www.lapajareramagazine.com/anna-poitner Meses después esas fotos servirían de prueba en los juicios de Nüremberg, consiguiendo, por ejemplo, que Albert Speer fuera condenado a veinte años.

***http://www.memoriacatalunya.org/articles/art50.htm

****http://www.memoriacatalunya.org/articles/art50.htm

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/crimenes-escondian-ojos_129_3714881.html

 

 

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Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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