Parece que el año que se ha despedido nos ha querido dejar en orfandad de gente significativa. Una de ellas, esta mujer, nacida con el nombre de Isabel Steva Hernández, que casi nadie conocía porque ella era Colita. Le debe el apodo a su padre, un afrancesado que la contaba que había nacido debajo de una col, y por tanto, era una colita…Colita, fue para todos los amigos que la adoraron y para el arte porque deja una obra inmortal que retrató el mundo y los personajes que le poblaron durante más de sesenta años .
Nace en Barcelona, un veinticuatro de agosto de 1940. Los planes paternos eran que se hiciera farmacéutica, pero los regalos que papá le hizo a lo largo de su infancia le torcieron la vocación. Colita recibía diferentes maquinas de fotos con las que jugaba siendo niña, experimentando como era el mundo del Ensanche barcelonés detrás de un objetivo. Estudia en el Sagrado Corazón como corresponde a una niña bien, y a los diecisiete años, acabado el preuniversitario, marcha a París para continuar los estudios de Civilización Francesa en la Sorbona. A su regreso a Barcelona conoce a Oriol Maspons y a Javier Miserachs, con los que aprende el “oficio” que la apasiona: la fotografía. A partir de 1961 trabaja con Miserachs durante un año, como estilista además de realizar las funciones del laboratorio, lo que le permite conocer las tripas de la fotografía.
Le llega una propuesta del director de cine, Rovira Beleta, para participar en los archivos de personajes de la película que está rodando: Los Tarantos, y a Colita se le produce otra revelación. Conoce a Carmen Amaya, por la que siente una profunda admiración (como no…) y se fascina por el mundo gitano. Se pega a Carmen, pasando con ella jornadas enteras, y reconoce que siendo una pija como era ella entonces, las juergas gitanas, la deslumbran. La niña nacida en la parte alta de la ciudad conoce de la mano de la artista genial las calles y las profundidades del Somorrostro. Y lo retrata con maestría.
Ahí comienza su amor por el flamenco que es retratado por ella como si se enamorara de cada imagen, de cada artista que pasa por el ojo de su máquina. Decide marchar a Madrid, donde reside durante dos años.
En esa época realiza fotos de Antonio Gades, La Chunga, Camarón…hasta publicar un libro; Luces y sombras del flamenco donde muestra el genio captado por su cámara.
Regresa a Barcelona, Colita se define ya entonces como de izquierdas, feminista y atea, lo cual tenía su mérito, dada la época. Decide combatir al franquismo que se resiste a diluirse y comienza sus colaboraciones con la prensa de izquierdas como Tele Exprés, Mundo Diario, Destino. A la vez expone con compañeros, realizando la primera exposición en el Colegio de Arquitectura, en 1965. Más tarde llegan las colectivas de Argimón con Jordi Curos, Rafols Casamada, Tharrats, Romà Vallès, Jordi Galí, Josep Ginovart, y su maestro Oriol Maspons.
A la vez sigue sus colaboraciones con el mundo del cine que comenzaba a despegar, saliendo de los penosos caminos del cine franquista. Colabora con Vicente Aranda, Jaime Camino, Jacinto Esteva, José Durán. Se trata de realizar un cine que mira a Europa, progresista, de calidad, contraponiéndose al casposo “oficial”
La Transición avanza lentamente dando paso a una generación de jóvenes burgueses/as, cultas, de izquierdas que se dio en llamar “gauche divine” que tenía a la discoteca Bocaccio como sede conjunta, Colita forma parte de ese selecto club de amigos, y como no, da cuenta de ello con su cámara, dejando testimonio de un mundo divertido, de gente guapa y progresista.
En 1971, la galería Aixela y promovida por Oriol Regàs se realiza una exposición de las fotos a la “gauche divine” que ha hecho Colita. Pocos pueden ver ese testimonio enloquecido de la sociedad de entonces porque la policía la clausura al día siguiente de la inauguración.
Son momentos convulsos a nivel cultura. Además del cine y la sociedad en su conjunto, hay un nuevo movimiento en Catalunya, llamada la nova canço, con Guillermina Mota, Joan Manuel Serrat, Lluis Llach, Raimon como exponentes. Colita, siempre atenta al movimiento cultural, deja testimonio de esos jóvenes que vienen a revolucionar la canción catalana. Poco después se convierte en fotógrafa exclusiva de Serrat, para el que realiza la caratula del varios discos.
Sus colaboraciones en la prensa antifranquista siguen, Cuadernos para el Dialogo, Interviú, la Calle, Bocaccio y se convierte en directora grafica de la revista Vindicación Feminista a la que tanto debemos las mujeres de entonces en nuestro despertar al feminismo.
Colita ama la novela negra, tanto que Beatriz de Moura, de Tustquets ediciones, le confía la colección de “Serie Negra”
Colita ha realizado más de cuarenta exposiciones, editado treinta libros y sobre todo se convirtió en la testigo que dejaba constancia de la evolución a través de los años convulsos de la Transición de Barcelona, dejando amplias pruebas de la evolución y los cambios sociales y urbanos sufridos por la ciudad.
Los más importante escritores se dejaron plasmar por ella. Gabriel García Márquez (con la famosa imagen de un ejemplar de Cien años de soledad abierto sobre su cabeza) un gesto que el escritor hizo cuando ella le dijo que ese libro era maravilloso. Luego serían Mario Vargas Llosa, Salvador Dalí, Joan Miró, Orson Welles, Rafael Alberti, Ana María Matute, Carmen Amaya, Antonio Gades, Joan Manuel Serrat, la Bella Dorita o los hermanos Terenci y Ana María Moix, entre muchos otros los que se dejarían robar parte del alma por la mujer que sabía mirar el alma de las cosas detrás de la cámara.
A pesar de la edad, en 2011, durante el 15M toma la cámara y deja testimonio de los sucesos que están desarrollándose en las calles.
En 2014 el gobierno de España le concede la Medalla del Merit Artistic que rechaza porque considera que ese gobierno ha maltratado la cultura de forma sistemática y les responde que siente pena, vergüenza y dolor de corazón por lo que no acepta ser premiada.
En 2016, Ventura Pons, realiza la película sobre ella, “Cola, Colita, Colasa (Oda a Barcelona)”
El domingo día treinta y uno de 2023, murió de una peritonitis, en Barcelona, rodeada de sus amigos y marchando en paz después de dejar una obra inmensa.
Inolvidable, Colita.
María Toca Cañedo©
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