Siempre me ha gustado ser la otra. La fantasía ciega que emponzoña los sueños, la virulenta hoguera de tus noches solitarias. La otra. La libre. La salvaje. La que no domas ni se deja bridar por tus anclajes. La otra, esa que se agazapa entre tus sueños para maridar tu deseo con la mano siempre presta a tomar la maleta y huir de seguridades contrapuestas.
#MariaToca
Me dio gusto leer esto, sobre todo porque cualquier mujer lo comprendería; no así cualquier hombre. Me recordó, además, este bello poema de la poeta colombiana Meira del Mar.
LA OTRA
No soy la que te ama.
Es otra que vive con su alma dentro de mí.
A veces, tú lo sabes,
cierro los ojos para no caer en los tuyos,
y te hablo del viento que escribe la mañana
en su libro de viajes,
y digo sonriendo que algún día me iré.
Ella, la enamorada,
cruza entonces las venas y me toca de lumbre el corazón.
Y te mira en silencio.
A través de mis párpados, te mira olvidándose en ti.
¡Y de pronto te besa con mi boca,
y crees que soy yo la que te besa!
¡Hermoso! gracias, Diana, por leernos, por opinar, por le poema. Aunque surja desaliento, a veces, las respuestas como la tuya, levantan el ánimo. Esperamos no defraudarte. Un abrazo