Fue considerada la gran dama del periodismo cultural español. María Luz Morales nace en A Coruña en 1889. Pronto se traslada con su familia a Barcelona, donde se instalan sin perder las raíces galaicas. Estudia en la Universidad Nova, Filosofía y Letras y se desarrolla como especialista cultural, en la cocina de su casa, que es el lugar donde las mujeres de la época estudiaban o leían.
Su andadura periodística, como Clarence Lispector, comienza en revistas femeninas, como Hogar y Moda, precedente de la actual Lecturas, escribe artículos sobre moda. En 1923 envía a La Vanguardia un ensayo sobre Don Juan. Su calidad literaria le abre las puertas de la prensa seria convirtiéndose primero en crítica de cine para luego pasar a hacer la teatral que tenía más importancia en la prensa escrita. Otra vez el talento literario de sus críticas llaman la atención, siendo solicitada por la Paramount Pictures como asesora literaria, más tarde, con la llegada del cine sonoro también es requerida como traductora. No abandona el periodismo firmando su artículos con el seudónimo de Felipe Centeno, personaje de Galdós. También colabora con El Sol, que era el diario más prestigioso a nivel cultural de la época.
María Luz Morales, no es esencialmente feminista o lo es de forma solapada, pero en 1931 preside en Barcelona la Residencia Internacional de Señoritas Estudiantes que tiene similitudes con el Liceum de Madrid. También se integra en la Conferencia Club de Isabel Llorach. De entonces es su relación amistosa con Gabriela Mistral. Dirigió, también, Ediciones Araluce y escribe obras maestras de cuentos infantiles.
En 1933, escribe junto a Elisabeth Mulder una obra de teatro: Romance de media noche. En 1936 celebra como integrante del Partido Galleguista el estatuto de autonomía de Galicia.
Colaboró en el guión de L’Espoir con Malraux. En esa época la CNT confisca La Vanguardia, de cuya plantilla es María Luz es la única mujer integrante, siendo nombrada directora. Avisa a los cenetista que la eligen que ella solo quiere hacer periodismo, no política y que su elección es transitoria:
“Accedo pero con una condición. Conozco perfectamente la técnica del periódico. Tendré cuidado de la marcha de la redacción… Pero si acepto es sólo con carácter provisional. En cuanto a la parte política, tiene que llevarla otro. Yo sólo haré periodismo»
Acabada la guerra, el franquismo la encarcela durante cuarenta días en el convento barcelonés de Sarriá. Jamás quiso hablar de esa época que debió de ser muy dolorosa para ella, pero la aprovechó para escribir varias obras. Fue depurada por el régimen como periodista, aunque siguió haciendo alguna colaboración en prensa con seudónimo.
Creó la Editorial Surco, y trabajó en Salvat. En 1948 colabora en la crítica teatral en el Diario de Barcelona. También colabora con la revista Lecturas. Con el advenimiento de la democracia es rehabilitada como periodista. Su último artículo lo entrega poco antes de morir, en 1980, a la edad de 90 lúcidos años.
Algunas de sus adaptaciones para niños de clásicos como Homero, Esquilo, Sófocles, Dante, Shakespeare, Goethe, Cervantes y Tirso de Molina se siguen editando en la actualidad en España e Hispanoamérica.
- Tres historias de amor en la revolución francesa
- Historia del teatro
- Historia del cine
- Historia de la moda y el vestir
- Parientes y trastos viejos (inédita)
- Trovas de otros tiempos, 1928
- Libros, mujeres y niños, 1928
- Las románticas, 1930
- Edison, 1934
- Romance de media noche, 1935
- Madame Curie, 1936
- Alguien a quien conocí, 1937
- Balcón al Mediterráneo, 1955
- Una ventana al Atlántico, 1955
- Historias del décimo círculo, 1962
- Libro de oro de la poesía en lengua castellana, 1970
María Toca
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