Mis poemas reposan
con un único fin,
leerlos cada tarde
cuando descansas
sobre mi hombro;
es un encuentro de silencios
intercalado de rimas soñolientas.
Mis versos se despliegan
envueltos con amor.
Los entrego a tus oídos
con miradas entrecerradas y azules…
Me acunas en ese respirar
con abrazos que se desmayan
acariciando mis poemas.
Caigo contigo en sopores de oasis entornados…
Beso tus labios y renace en mi boca
el verso más hermoso,
el que rima mejor:
‘Te quiero’.
©Ángeles Sánchez Gandarillas
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