Ustedes perdonen

USTEDES PERDONEN…
Porque esta mañana, cuando Mayo y yo salíamos a dar nuestro habitual paseo por el sendero que orilla el Guadalquivir, cuando el rumor fresco de su paso sosegado y continuo nos llenaba de placenteros silencios, cuando mirlos, pajaritas, vencejos, gorriones se desperezaban en sus tálamos cubiertos de verde rocío,,,, Esta mañana, de improviso, he sentido un brote de felicidad, de paz interior…
Inmediatamente, he reaccionado como un resorte. Mi mente, vigía permanente de peligros y vacunada contra las malas ideas, me ha puesto a buen recaudo: imposible, cuidado, eso no puede ser la felicidad, qué te has creído, maleable mortal, la felicidad cuesta, la felicidad se anuncia en televisión y radio, la felicidad cotiza en bolsa, la felicidad duerme atractiva en los estantes de las grandes superficies comerciales…
Porque seamos serios, me seguía diciendo mi sufrida y vacunada conciencia, te imaginas un anuncio televisivo del tipo: por sólo cero euros asómese al ventanal, deje entrar la claridad del día, bese o abrace si tiene alguien al lado y, si no lo tiene, recuerde la última vez que lo hizo e imagine la próxima vez que lo hará…. Existencias ilimitadas, no corra, disfrútelo con tranquilidad, la oferta no decae.
Qué barbaridad, qué tontería, qué forma tan infantil y tan grosera de alienarnos, como si en la levedad de un amanecer o un atardecer pudiera estar la felicidad; como si en la charla tranquila y cómplice con una amiga o un amigo pudiera cobijarse; como si en la emoción sublime, intensa y contenida de la abuela o el abuelo que narra, viviéndolo, un cuento a su nieta o a su nieto pudiera anidar; como si en la lectura cadenciosa y reflexiva de un libro, saboreando sus palabras, desmenuzando sus ideas o reviviendo en primera persona sus historias cupiera; como si la emoción líquida de las notas de un piano pudiera albergar semejante sentimiento… Y todo a coste cero… Vamos, vamos…
Perdónenme ustedes, en esta mañana de domingo, por la impureza de mis pensamientos, con ellos no he hecho otra cosa -qué inconsciente- que poner en peligro todo aquello por lo que merece la pena luchar en esta vida: el consumo, la apetencia infinita, el afán de posesión desmedida… Comprar, amigos y amigas, comprar hasta la saciedad. Esta es la rueda que nos mueve, la que, cada día dota de sentido a nuestra existencia…
Ustedes perdonen…, porque esta mañana, mientras Mayo y yo nos deleitábamos con el olor antiguo de las higueras que beben a orillas del Guadalquivir, por unos segundos, he puesto en peligro el sistema, aquel que nos llena de felicidad minuto a minuto…
Juan Jurado.
Sobre JuanJ Jurado 81 artículos
Profesor de Lengua y Literatura española. Publicaciones en La prensa en el Aula. Octaedro. Cuaderno para la comprensión de textos. Octaedro. Ponente del Diseño curricular base para la enseñanza de la Lengua y la literatura española en la ESO, en Andalucía. He sido portavoz y concejal por el grupo municipal de IU en Úbeda. Actualmente no milito en ninguna organización política, pero si la calle me llama, voy.

Sé el primero en comentar

Deja un comentario