Cada día tú aprendes,
Y yo desaprendo.
Tú paladeas la magia de las palabras.
Yo las olvido.
Me falla la memoria.
Me tiembla el pulso.
Da gusto verte caminar, correr, brincar, saltar.
Siempre inquieta. Siempre en movimiento.
Mis piernas cansadas ya no me llevan.
Sentada de la mañana a la noche, aquí me tienes.
Envidio tu cutis de porcelana.
Tersa y sonrosada, tu piel de ensueño.
Te abres al mundo.
A mí, te lo confieso, me aburre.
Sonríes a la vida.
La vida te sonríe
Tu porvenir se perfila desbordante de buenas nuevas.
Ni futuro ni presente para mí.
Solo me habitan los recuerdos.
Te atrae la novedad.
A mí me aterra el cambio.
Duermes a pierna suelta, de un tirón.
Eterna se me hace la noche.
Oscuridad de insomnios.
Tus padres te arropan por muchos años.
Ausentes los míos.
Invisibles, allá me esperan.
Bisnieta lo fui ayer.
Hoy bisabuela.
Mañana o pasado mañana te tocará.
Dominique Gaviard
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