La pandemia del Covid-19 y el desastre social pusieron al desnudo la enorme desigualdad que genera el sistema capitalista mundial. Para algunos, que viven del trabajo ajeno, significa enormes ganancias. Para la mayoría, que vive de su trabajo personal, significa despidos, hambre y muchas veces encierro en casas precarias, desocupación, o trabajo en terribles condiciones con riesgo de vida para quienes se desempeñan en salud, limpieza, los mineros y tantos otros cuya producción no se detuvo.
Miguel Lamas 
Una reciente investigación de la ONG Oxfam indica que las ocho personas más ricas del mundo tie-
nen un patrimonio neto combinado de aproximadamente 736.000 millones de dólares. Es lo mismo que poseen 3.700 millones, la mitad de la humanidad.
Tan solo Jeff Bezos, el más rico, fundador y CEO de Amazon, tiene una fortuna de u$s131.700 millones, posee el 12% de Amazon, gigante de comercio electrónico y servicios de computación en la nube. Además, en 2013 compró el periódico The Washington Post por 250 millones de dólares.
Por su parte, Bill Gates, fundador de Microsoft, tiene un patrimonio de 113.100 millones. También invirtió en Canadian National Railway, AutoNation y otras compañías.
Hay además 2.050 ricos que poseen más de u$s1.000 millones. Jeff Bezos Warren Buffet 
Mark Zuckerberg otros miles que tienen “solo” algunos cientos de millones, que se asocian como accionistas de las transnacionales. Entonces, para seguir la pista de estas fortunas, habría que ver qué tienen esas transnacionales.
Según un informe de la European Business School (Escuela Europea de Negocios), las quince multinacionales más grandes acumulan un capital que supera los 6 billones (6 millones de millones) de dólares. Microsoft, Apple, Amazon, JP Morgan (financistas), Facebook, Visa (tarjetas, finanzas), Exxon Mobil (petrolera), Walmart, Pfizer (medicamentos) son algunas de las que integran esa lista.
Solo quince transnacionales acumulan nueve veces lo que tienen 3.700 millones de personas de la mitad más pobre del mundo.
COVID 19
Con la crisis de la pandemia algunos aumentaron enormemente sus riquezas
El colmo es que, pese a la crisis que arrasó la economía, un puñado de capitalistas siguieron aumentando sus ganancias.
En el lapso que va del 18 de marzo hasta el 14 de mayo, el fundador y director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, obtuvo u$s30.000 millones para incorporar a su fortuna. Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, recogió en ese mismo período 21.000 millones. Elon Musk, el físico dueño de Tesla y SpaceX, la empresa que acaba de enviar una nave a la Estación Espacial Internacional, ganó 11.300 millones de dólares. Y Michael Bloomberg, el empresario y ex alcalde de Nueva York que intentó competir en las internas del Partido Demócrata, 10.000 millones. 
En dos meses los multimillonarios estadounidenses, globalmente, se enriquecieron en 565.000 millones, de acuerdo con un informe publicado por el Institute for Policy Studies (IPS), mientras 42 millones de personas perdieron sus empleos. Pero además, Trump, con apoyo de republicanos y demócratas, les rebajó impuestos por 82.000 millones de dólares.
El instituto agrega: “Tres multi- millonarios estadounidenses, Jeff Be- zos, Bill Gates y Warren Buffett, si- guen poseyendo tanta riqueza como la mitad inferior de todos los hogares estadounidenses combinados”.
Algo más “modestos”, los veintitrés españoles milmillonarios (que tienen más de 1.000 millones de euros), apunta Oxfam, han visto aumentar el valor de su riqueza en 19.200 millones de euros en los setenta y nueve días transcurridos entre el 18 de marzo y el 4 de junio.
El chino de Zoom
Eric Yuan
Otro que ganó fortunas con la pandemia fue Eric Yuan, fundador y CEO de Zoom, la plataforma de videoconferencia que se fue extendiendo al mismo tiempo que el mundo colapsaba por el virus y el distanciamiento social obligaba al vínculo virtual. Es un ingeniero chino que se instaló en los
Estados Unidos en 1997. En diciembre de 2019 tenía 10 millones de usuarios y en abril de este año pasó a 300 millones de usuarios. Se cree que ganó 2.500 millones de dólares durante la pandemia. Según la revista Forbes, Yuan tendría una fortuna de 7.800 millones de dólares.
¿De dónde salen esas fortunas gigantescas?
COVID 19 sirvió para detener el calentamiento global. Esa destrucción de la naturaleza es la otra fuente de enormes ganancias para el capitalismo.
Es decir, esa gigantesca acumulación de riqueza no solo no beneficia a la humanidad, sino que está provocando la ruina, el hambre, hasta la actual peste y sus consecuencias sobre la salud (ver notas en esta revista).
Peores que el Covid-19
La actual pandemia y sus consecuencias son solo “un detalle” del desastre que puede causar el capitalismo mundial.
Las crisis, como la que vivimos, son ocasiones para “barajar y dar de nuevo”, es decir para nuevas condiciones comerciales y financieras en el marco del capitalismo. Algunos capitalistas ganan y otros pierden. Pero los que siempre pierden en estos casos son los trabajadores y los pobres.
Ahora aprovechan la pandemia para precarizar aún más el trabajo, para despedir trabajadores con derechos adquiridos y contratar a jóvenes sin derechos, para mudar sus fábricas a China, India, Bangla Desh, Paquistán o Vietnam, donde pagan salarios miserables. También para vender medicamentos y vacunas . Y para que los Estados capitalistas los ayuden con inmensos fondos públicos para “salvarlos” de la crisis. Estos fondos adquiridos muchas veces, a su vez, con deudas financieras de los Estados que pretenderán que paguemos todos. Expropiar sus gigantescas fortunas y las del conjunto de las transnacionales y bancos, producto del trabajo de miles de millones y el saqueo de la naturaleza, con gobiernos de los trabajadores y trabajadoras que establezcan una planificación de la economía, la producción de alimentos, proteger la salud y el ecosistema, es la única salida que puede impedir una catástrofe humana y ecológica. La fortuna de ocho multimillonarios equivale a todo lo que poseen 3.700 millones de personas
Los millonarios filantrópicos
Algunos de estos superricos hacen obras de caridad, apoyan algunas causas que pueden ser justas, o verse como tales. Los más conocidos son Bill Gates y George Soros.
Soros impulsa la Open Society Foundations y dice que desde 1984 ha donado u$s32.000 millones de su fortuna personal forjada en los mercados financieros. Open Society afirma que ha apoyado a personas y organizaciones por todo el mundo que luchan por la libertad de expresión, la transparencia, la justicia y la igualdad.
El matrimonio formado por Bill y Melinda Gates donó, a través de su fundación, u$s1.900 millones en 2012 para luchar contra la polio y la malaria, lo que los convierte en los mayores filántropos de los EE.UU según Forbes, que mide la “generosidad de los millonarios”. Ahora están aportando para combatir el Covid-19.
Pero estos y otros superricos, que hacen donaciones, por su imagen o por ganar influencia política, no dejan de ganar diez o veinte veces más que lo que donan, a costa de pobreza, muerte, enfermedad. Al mismo tiempo, en muchos casos se hacen “ayudar” por los Estados. Lo que donan por un lado, lo recuperan y multiplican por el otro.
Miguel Lamas para Correspondencia Internacional y La PajareraMagazine
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