Soy capaz de deciros ahora cualquier cosa: amor, guerra, muerte, hastío. Infinitas palabras vacías sin sentido exacto del abismo que separa el umbrío lugar de la palabra escrita y el lento silencio de los hechos.
Soy capaz de deciros una y mil mentiras que no siento y me quedaría tan feliz, así de pancho.
Soy capaz ahora mismo de contaros una historia, una burda trola, como aquella del burro que voló y dejaros a todo boquiabiertos; o mejor, narraros la pícara anécdota del cornudo que celoso de su buey lo tiró al río.
Soy capaz, no digo yo, de componer de tres a cuatro mil versos puros, llenos de palabras armoniosas, tales como:
“El zumo de la noche me gotea con racimos de estrellas en la cara…» (aunque pienso si no serán de otro poeta) ¡Qué más da, si el me las presta!
Soy capaz de cantaros la tabla del siete, hasta setenta veces siete, con un error menor de una milésima y no dormiros.
Soy capaz de todo esto, y mucho más, por halagaros, pensando que, algún día vuestro buen Dios, en un rato libre, me lo premie, tristemente agradecido de ver a sus corderos divertidos.
Soy capaz, fijaros, de morir en la cruz del olvido, con tal de a todos redimiros con mi muerte, del fatal sopor que yo adivino en esas caras que paseáis tranquilamente por las calles del país ingobernable que dijeron los de siempre.
Soy capaz de cualquier cosa; pero si vosotros persistís en vuestra abulia, incapaces no ya de un hecho, mudos para gritar ¡NO! ante el vil cohecho… creedme, amigos míos, que cuando tengáis un dictador, que piense y actúe por vosotros, entonces… ya estaréis perdidos.
Jesús Gutiérrez Diego
Bonito texto. Buena reflexión.
Gracias, Hilario. Hay que seguir luchando hasta la derrota final.
Si que es bonito. Personalmente igual me voy al monte con lobos. Saludos .Duli.