Nació Mercedes Formica en Cádiz el nueve de Agosto de 1902, siendo segunda de una familia de seis hermanos. A los once años, la familia se traslada a Sevilla con ocasión del nombramiento de su padre, para el cargo de director de la Compañía de Gas y Electricidad, ya que era ingeniero industrial. El matrimonio de los padres fue desgraciado viendo Mercedes desde joven el maltrato sufrido por la madre, Amalia Herode Vidiella, mujer culta que impulsó en todo momento a la hija para que estudiara y fuera lo más independiente posible. Mercedes, escucha los consejos maternos y se matricula en la Universidad de Sevilla en Derecho, y Filosofía y Letras, en 1931.
La familia de Mercedes es de ideología burguesa conservadora, viven la etapa revolucionaria con cierto temor, cosa que luego contaría en su autobiografía, Monte Sancha. Estando en Málaga se produce el estallido de la Guerra Civil, consiguiendo llegar a Sevilla que está en manos de los golpistas y ponerse a salvo.
Aún siendo muy crítica con la etapa del Frente Popular, era amiga de Lorca , de Rosales y de más poetas de la época, sufriendo un shock al enterarse del asesinato de Lorca.
Es contradictoria la trayectoria intelectual de esta mujer, conservadora y burguesa en toda su vida, pero con honda preocupación feminista que la llevó a dedicar esfuerzos y empeño para impulsar reformas del código civil a fin de eliminar las leyes vejatorias para la mujer. Crítica con el régimen, con la legalidad vigente, supo mantenerse dentro de los esquemas que marcaban aquellos a los que criticaba. Jamás dio un paso fuera del sistema.
Siendo muy joven, a principios de los años treinta, escucha de forma fortuita un discurso de José Antonio en la radio quedándose prendada de la nueva ideología. Fue Jefa del SEU en su Facultad pasando a militar en Falange Española siendo participe activa de sus actividades. En 1936 José Antonio Primo de Rivera la nombra Delegada del SEU.
En 1933 su madre se divorcia y Mercedes se enfrenta a la terrible realidad de unas leyes obsoletas e injustas hacia la mujer. En el artículo 1880 y siguientes de la Ley Procesal se indica claramente que la vivienda conyugal es privativa del marido, si la mujer se separaba del mismo ( da igual los motivos…) esta perdía de facto el derecho a la vivienda, el patrimonio y la patria potestad de los hijos menores que pasa a manos del marido, quedando de esta forma desposeída de todo, la mujer. Así fue la separación de sus padres que dejó en total penuria a la madre, teniéndose que refugiar en la casa de los hijos. El patrimonio familiar queda en manos del padre como el pequeño de los hermanos que pasa a residir en un internado.
Ni la República reformó las leyes que desposeían a la mujer de todo patrimonio, incluían una cláusula humillante que apunta a “dejar en depósito” a la mujer separada en la casa de los padres o en su defecto en un convento. Años después, Mercedes Formica, conseguirá la reforma de estas leyes y hasta un total de 69 de ese Código que data del siglo XIX y que aún mantiene vigencia.
Durante la guerra abandona los estudios, contrae matrimonio dedicándose a escribir diversas obras y a colaborar con la prensa. En 1944, dirigió el semanario Medina, editado por la Sección Femenina, bajo la supervisión directa de Pilar Primo de Rivera. Colaboró con ABC, Blanco y Negro, Gran Mundo, Teresa, La Ilustración Femenina. El matrimonio formado por Mercedes y Eduardo Llosent y Marañon, director de la revista Mediodía mantienen relación con la Generación del 27 y amistad con muchos de sus componentes. El matrimonio reside en Madrid, realizando en su casa una tertulia de integrantes de la intelectualidad del Régimen, Sánchez Mazas, Eugenio Montes, César González-Ruano, Edgar Neville, Sebastián Miranda, Pilar Regoyos, Natividad Zaro, Mary Navascués, Conchita Montes, etc. También se encontraban a veces con Luis Felipe Vivanco, Luis Rosales y Leopoldo Panero.
En los primeros años del franquismo, Mercedes, integrante de la originaria Falange joseantoniana, se decepciona con el régimen mostrando su disconformidad con la unificación que realiza el franquismo de las distintas facciones que le apoyaron en la guerra con Falange –en sus memorias nombra esta unión como albondigón– No obstante jamás rompe con el franquismo de forma real, al contrario, colabora estrechamente con él y mantiene lazos con sus gerifaltes, siendo recibida por Franco en alguna ocasión. Hay que decir que siempre fue con propuestas de reforma de las leyes vejatorias para la mujer, consiguiendo sus propósitos en las visitas. Era una mujer de enorme belleza y elegancia, es posible que su procedencia burguesa y su aspecto ayudarán en la buena sintonía con las fuerzas franquistas.
Colaboró estrechamente, al principio de la contienda, con Pilar Primo de Rivera, pero pronto esta la denostó como excesivamente feminista censurando algunos de sus textos y produciéndose un distanciamiento insalvable.
En 1947 decide acabar la carrera que fue suspendida por la guerra y opositar para Abogada del Estado y/o Notarías, encontrándose con el hándicap de que no se admitían mujeres en ambas carreras. Al ir a inscribirse en la oposición le responden que mejor se prepare para matrona ya que es más «propio» de su sexo. Al no poder seguir su carrera de esa forma decide abrir un bufete en Madrid que se especializa en temas de apoyo a la mujer. Se encarga de diversos casos de separaciones, es entonces cuando se propone la lucha para eliminar los artículos discriminatorios, antes citados, quizá impulsada por la experiencia de la separación de sus padres.
En 1948 entra a formar parte del Instituto de Estudios Políticos, el think tank del régimen y desde allí propugna las reformas legales.
En 1953, conoce el caso por la prensa, de una mujer, Antonia Pernía Obrador, que ha sido apuñalada 17 veces por su marido. La mujer había querido separarse antes debido al maltrato inferido, no pudiendo hacerlo ya que se vería desposeída de casa, hijos y patrimonio, hasta que casi muere víctima del apuñalamiento. Mercedes escribe un vibrante artículo en ABC “El domicilio Conyugal” que remueve conciencias, a raíz del mismo se consigue en 1956 que un juez dicte una sentencia a favor de mantener el domicilio conyugal a la mujer. Siendo en 1958 cuando se consigue la reforma del Código Civil, que sustituye el término de “vivienda del marido” por “vivienda conyugal”. Se consigue eliminar el humillante término de “deposito de la mujer” que como indicamos antes, era obligatorio “dejar” a la mujer en casa de los padres o en el convento, en caso de separación. En la actualidad a esta reforma se le sigue llamando “refromica” en honor de su promotora.
Como jurista tuvo gran importancia, incluso la revista Time le dedicó una página y el fotógrafo Robert Capa, envió a Madrid a Inge Morath para inmortalizarla en World of Woman.
En 1956 publica una novela cuya trama se basa en las diferencias de trato de la infidelidad si se trata de hombres o mujeres, siendo estas reo de cárcel mientras que si la infidelidad es cometida por el varón es meramente una falta, sin repercusión penal.
Siendo como fue una mujer libre, luchando por los derechos de la mujer, ocupándose de la defensa de muchas , se mantuvo siempre en el lado conciliador con la dictadura, fiel (aunque con algo de crítica) a las ideologías que propugnaban tales injusticias. Jamás dio el paso de rebeldía o de ruptura con el sistema que mantenía la oprobiosa injusticia.
Años después anula su matrimonio contrayendo nuevas nupcias . En 2014 el consistorio de Cádiz con le dedicó un busto en una calle, que fue cambiado de lugar por el nuevo Ayuntamiento, siendo postergado a un museo, debido a su pasado falangista. En cambio, el Ayuntamiento de Madrid, dirigido por Carmena, le dedicó una calle.
Murió en Málaga en 2002 en el olvido, tanto de su obra literaria como de su lucha en pos de una legalidad más justa. Creemos que merece recuerdo por su lucha y su afán legislador a favor de las mujeres.
María Toca
María, dirás que soy una pesada, pero era Formica
Gracias Libetad…ayyy esos errores. Corregido.