¿Qué hacemos con Cataluña, M. Rajoy?

¿Y ahora qué hacemos, M. Rajoy? Después de los palos, de encarcelar al Govern, de convocar una elecciones bajo mano, haciendo campaña a su favor por los voceros de la prensa (ese ABC con portada photosopheada de Arrimadas, ese País vociferante y beligerante…) tenemos a la sociedad catalana bifurcada por una línea ,menos trasversal de lo que en Génova quisieran, pero dividida sin solución. Gana C,s, pero no gobernará porque a la hora que escribo el artículo, con más del ochenta por ciento de votos contabilizados, la mayoría parlamentaria absoluta es independentista. Son datos  incuestionables, no opinables; una mayoría de catalanes desprecian las medidas de fuerza de un estado que no sabe escuchar o que le interesa cerrar oídos y ojos. La mayoría de catalanes/as quieren la independencia, la república, abominan del 155 y todo lo que conlleva de represión y estulticia españolista

¿Qué harán las mentes pensantes (es un decir) de Génova? ¿Seguirán enviando Piolines y encarcelando consellers, dando palos, reprimiendo con estúpidas bravatas de barra de bar? Hoy la señora vicepresindenta se debería de tragar sus etílicas palabras del otro día. No, querida, M. Rajoy, no ha descabezado nada, ni conseguido más que aupar al exiliado en Bruselas a héroe nacional y exacerbar el sentimiento independentista de muchos catalanes indiferentes.Nos cansamos de insistir que la fuerza solo conlleva a la sinrazón, que tan solo un dialogo razonable, una escucha activa a la voz popular trae calma y progreso.

Ocurre que el PP sabe muy bien que para seguir ninguneando al pueblo y que olvide la corrupción que nos ahoga, la ineptitud de los gobernantes, les conviene un enemigo exterior. Muerta ETA, había que provocar y provocar lo suficiente para enardecer al cauto pueblo catalán. Si para ello tenían que convertir en héroes a gobernantes sencillos (¡ah! Puigdemon, un general De La Rovere tan sutil) pues adelante. Todo con tal de mantener las riendas del poder, porque enfrente hay poco o nada y mucho que ganar. El PP sabe que ser oposición le ahoga, son chicos de poder, de tocar dinerito, de resonancias gurtelianas sin escrúpulos. Y para eso necesitan al enemigo independentista. Si para ello hay que espolear el sentimiento nacional español, falsear la realidad todo lo posible y mangonear los suficiente para que les dejemos seguir engordando las cuentas de Panamá, que es lo que de verdad les interesa, lo hacen y punto. Y seguir  tocando poder, que es lo que les mola. Lo del sentido patriótico y tal  lo dejan para las banderitas de muñequera. A ellos lo que les va de verdad es la chequera.

Se ha vuelto a oír al pueblo gritar con sus votos que no quiere seguir como están. Incluso votando a C,s , el grito es de cambio. En Génova se debieron escuchar implosionar las cabezas en el esfuerzo gratuito del pensamiento positivista: ¿qué hacemos, M. Rajoy? ¿Volvemos con la acorazada, llevamos directamente tiradores de élite que carguen contra cualquier jilguerillo amarillo que ose volar. O nos quedamos quieticos, sin mover ni una pestaña hasta ver que todo pase y los indepes se calmen. ¿Qué hacemos, M. Rajoy? se escucha el eco de la pregunta por los pasillos de la sede gaviotil.

Mal y triste es que acertemos las profecías vaticinadas por @LaPajareraMgzn, pero las elecciones no han resuelto el problema, tal como hemos venido repitiendo. El día a día va a seguir igual, hasta que algunos  se levanten con la lucidez suficiente de retroceder al inicio y reprogramen eliminando el virus de los errores rampantes que se han cometido. Claro que eso requiere cintura e inteligencia política, que por desgracia nuestros gobernantes no poseen.

Hoy, por de pronto todo sigue igual, enmarañado, con el gobierno de España ensimismado en un nacionalismo de opereta y un pueblo que vota de forma mayoritaria a favor de la libertad, la democracia y el respeto.

María Toca