“Cuando el día se convierte en noche y el cielo se convierte en mar, cuando el reloj suena pesado y no hay tiempo para el té. Y en nuestra hora más oscura, antes de mi rima final, ella regresará a casa en el País de las Maravillas y hará retroceder las manos del tiempo.”
Alicia a través del espejo (Lewis Carroll)
En la novela de Lewis Carroll, Alicia encuentra, a través del espejo, el camino para acceder a otro mundo alternativo en el que su alter ego está inmerso en una vida similar a un tablero de ajedrez, en el que las diferentes piezas van configurando, con sus movimientos, el avance o retroceso del juego y el final de la partida.
Esa distorsión produce, al igual que su reflejo, que la apariencia de las cosas esté invertida. Alicia emprende un viaje en el tiempo para intentar cambiar el destino del sombrerero y ayudar a la familia de este. Pero ese viaje iniciático y solitario de la niña se ve condicionado por las diferentes piezas o personas que interaccionan en la historia con sus movimientos.
Los personajes que Alicia encuentra en su camino a lo largo de la historia son extremos. Por una parte está la Reina Blanca, que le explica que en el tiempo del espejo todo sucede desde adelante hacia atrás, y, por otra parte está la Reina Roja, que personifica la ambición desmedida. En el medio de ambas reinas está el Rey Rojo que se pasa toda la partida dormido, lo cual lleva a Alicia a afirmar cuando despierta que todo fue un sueño del mismo rey o de ella misma:
“El Rey Rojo fue parte de mi sueño, pero también es cierto que yo formé parte del suyo”
Carroll abre con su cuento una puerta que nos muestra la vida como una especie de obra ilusoria en la que lo absurdo es muchas veces la respuesta a las preguntas más serias, porque solo desde lo absurdo se llega, por antítesis, a la coherencia imposible de que todo es relativo.
El determinismo que muchos han visto en su obra solo es un reflejo más del abanico que Carroll despliega, abanico cuyos colores pueden entreverse en el diálogo entre Alicia y el sombrerero:
“Sombrerero Loco: en los jardines de la memoria, en el palacio de los sueños, allí es donde tú y yo nos encontraremos.
Alicia: Pero un sueño no es la realidad…
Sombrerero Loco: ¿Quién puede decir cuál es cuál?”
Manuela Vicente Fernández (Viana do Bolo/Ourense)
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