Mujer de contradicciones, nacida condesa en el pueblo madrileño de Pinto, que jamás utilizó el título, desarrolló una alta capacidad intelectual, a la vez que un problema en sus ojos fueron cercenando su vista hasta dejarla ciega.
Librepensadora, progresista, republicana fue una mujer que rompió esquemas en su época. Publicó artículos de prensa y a los veinticinco años estrenó su primera obra teatral, en el Teatro Cirque de Madrid, Rienzi el tribuno que fue un gran éxito a la vez que un enorme escandalo debido a su anticlericalismo y un gran alegato contra la tiranía. Fue celebrada por la progresía e intelectuales de la talla de Clarín, Nuñez de Arce y Echegaray la agasajaron con admiración .
Su obra era importante y revolucionaria debido al ideario y al hecho de ser mujer. Con la misma fuerza fue defenestrada por la burguesía derechista, siendo motivo de escándalo y critica despiadada tanto su vida como su obra.
Poco después de su estreno teatral contrae matrimonio con un joven aristócrata y teniente del Ejército madrileño como ella, trasladándose a Zaragoza. Poco dura esa relación debido a las continuas infidelidades del teniente. Le abandona, volviendo a escandalizar a la sociedad bienpensante ya que las costumbres de la época consistían en aguantar con estoicismo lo que el matrimonio acarreara. Retorna a Madrid y continúa, con éxito, su andadura teatral.
También publica, como periodista, denunciando con fuerza la desigualdad entre hombres y mujeres. Fue juzgada como endemoniada, o como valiente heroína dependiendo la ideología de los críticos. Ese carácter beligerante le acercó a la intelectualidad librepensadora masculina, siendo la primera mujer en organizar una velada de poesía en el Ateneo de Madrid. Apoyó al republicanismo, la separación Iglesia/Estado y a los 35 años, Rosario, ingresó en una logia masónica, con el significativo nombre de Hipatia, con cuyo seudónimo firmó escritos posteriores.
Viajó por diversos puntos de la geografía de España y poco después estrenó su obra cumbre, la escandalosa, Don Juan. Ninguna compañía se atrevió a estrenarla, siendo ella la que formó un grupo para llevarlo a los escenarios. Obra anticlerical, acusó en ella a la Iglesia Católica de manipular los sentimientos y las creencias, denunciando los manejos de esa iglesia anticuada y conservadora. Fue un gran éxito a la vez que un escándalo de grandes dimensiones. Viajó por Europa, para asentarse, poco después, en Santander, en el pueblo de Cueto.
Amaba la vida rural, se convirtió en experta en avicultura en esta ciudad, llegando a introducir innovaciones en esta materia en su granja. Poco después, las fuerzas vivas de Cantabria, presionaron lo suficiente para que el dueño de la finca en donde vivía le rescindiera el contrato. Esto, junto a la muerte de su madre, la empujaron marchar a otros lugares abandonando Santander. Se asentó en Gijón, construyéndose una casa cerca del mar (La Providencia) en un acantilado solitario, donde residió hasta su muerte.
Siguió escribiendo desde su refugio, haciendo un incendiario artículo cuando unos estudiantes universitarios, acosaron a unas chicas americanas. Fue editado por
L, Internationale, periódico francés, lo que supuso la indignación de los universitarios españoles, declarándose en huelga, siendo apoyados (esta vez sí) por el gobierno. En un párrafo de su artículo, decía que los estudiantes eran hijos de dos faldas: las de sus madres y las de los curas que amparaban su malignidad. Tuvo que exiliarse a Portugal, ante la sospecha de ser detenida. Más tarde el conde de Romanones la rehabilita, alegando en su favor, que “era más vieja que un Palmar y ya era hora de volver a la Patria…”
El último exabrupto de Rosario de Acuña lo produjo su testamento, dejando escrito el siguiente párrafo : «Habiéndome separado de la religión católica por una larga serie de razonamientos derivados de múltiples estudios y observaciones, quiero que conste así, después de mi muerte, en la única forma posible de hacerlo constar, que es no consintiendo que mi cadáver sea entregado a la jurisdicción eclesiástica testificando de este modo, hasta después de muerta, lo que afirmé en vida con palabras y obras, que es mi desprecio completo y profundo del dogma infantil y sanguinario, cruel y ridículo, que sirve de mayor rémora para la racionalización de la especie humana»
Rosario de Acuña Testamento
Murió en su casa de La Providencia, el cinco de Mayor de 1923, víctima de una embolia cerebral, siendo enterrada en el Cementerio Civil de Gijón, siendo puesto en escena poco después en el Ateneo gijonés la obra prohibida, El Padre Juan, consiguiendo enorme éxito.
Mientras residió en Cantabria publicó en la prensa de la región un amplio número de artículos y poesía.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/mujeres-en-la-historia/mujeres-historia-rosario-acuna/835285/
«El Padre Juan». Reedición a cargo del Ateneo-Casino Obrero (Gijón, 1985) y Editorial Castalia (Madrid, 1989).
«La higiene en la familia obrera», Imp. El Cantábrico (Santander, 1902).
«Avicultura», Imp. El Cantábrico (Santander, 1902).
Fuentes:
«Enciclopedia Asturiana», vol. I, Silverio Cañada Editor, Gij¢n 19 .
M.C. Simón Palmer: edición de «Rienzi el Tribuno. El Padre Juan», Madrid 1989.
- Gullón: «Diccionario de Literatura Española e Hispanoamericana», vol. I,
Alianza Editorial, Madrid, 1993.
Algunos de sus muchos artículos en la prensa cántabra:
“¡Duelo!”, EC 3/5/1904, p. 1.
”La educación agrícola de la mujer”, en Cantabria nº 15, julio 1904.
“Una carta”, en EC 14/12/1905, p. 1. De agradecimiento a alcalde.
“¡Duelo!”, LIDC 3/3/1906, p. 2.
Uno de los diversos poemas publicados en la prensa cántabra:
EC-11/10/1906, p. 1. “La calumnia”.
Texto: José Ramón Sainz Viadero.
Qué interesante!.Se pueden encontrar algunas de sus obras.
Gracias.
Imagino que habrá algo, aunque quizá esté descatalogado. Puede preguntar el librerías como forma de presión para que editen de nuevo a Rosario de Acuña.Gracias Rosa por tu lectura activa.
Gracias por difundir la vida y obra de alguien que tanto lo merece y por prejuicios no es reconocida como se merece.
A usted por su lectura. Gracias de verdad